Frente a la ausencia de datos oficiales, las organizaciones indígenas de Perú han comenzado a hacer sus propios recuentos de contagiados y fallecidos por el COVID-19, que continúa avanzando entre las comunidades nativas que se asientan en las riberas de los ríos de la Amazonía peruana.
Pese a que la Amazonía ocupa más del 60% del territorio de Perú y que el 30% de la población peruana se identificó como indígena en el último censo realizado en el 2017, los boletines diarios que difunde el Ministerio de Salud (Minsa) no especifican el origen étnico de las víctimas del coronavirus.
Las cifras oficiales reportan casi 124,000 contagiados y al menos 3,629 muertos por el virus SARS-CoV-2 a nivel nacional, lo que hace de Perú el segundo país con más casos del COVID-19 en Latinoamérica y el duodécimo del mundo.
Estos datos son también disgregados diariamente por regiones y recientemente incluso por distritos, pero todavía no detallan cuántos de ellos son indígenas, mientras otros países amazónicos como Brasil sí cuentan con un registro más detallado de indígenas afectados por el coronavirus.
A petición de las organizaciones indígenas, el Gobierno nacional pidió a los gobiernos regionales que incluyesen la variable étnica en sus registros, pero hasta ahora no se ha producido.
Falta de pruebas
Así, la Organización de los Pueblos Indígenas del Oriente (ORPIO) de Perú, que agrupa a comunidades nativas de Loreto, una de las regiones más afectadas por la pandemia, reportó el lunes a 218 indígenas con COVID-19, de los que dos han fallecido, aunque hay otras cinco muertes sospechosas.
Los decesos están localizados en indígenas de la etnia ticuna de la comunidad de Bellavista-Callarú, en la triple frontera de Perú con Brasil y Colombia, pero la falta de pruebas de descarte de COVID-19 hace que no se lograse determinar la causa de esas cinco muertes.
En ese reporte no están los 600 casos sospechosos que reporta Emerson Mucushua, el jefe de la comunidad de Pucacuro, de etnia achuar, donde el 90% de la población presenta aparentemente síntomas de COVID-19 después de que una comitiva de autoridades locales, entre la que había varios funcionarios contagiados, repartiese alimentos en la zona.
La asociación conservacionista Pro Purús lanzó la pasada semana un mapa con la comunidades indígenas afectadas en la región de Ucayali, donde el sistema sanitario también ha comenzado colapsar al igual que ocurrió en Loreto.
En su registro, Pro Purús sumaba hasta el fin de semana pasado 14 indígenas fallecidos, 46 casos confirmados y más de 2.000 casos sospechosos de COVID-19.
Líderes contagiados
Sin embargo, el Consejo Shipibo-Konibo y Xetebo (Coshikox) afirma que hay 58 muertes sospechosas de COVID-19 entre shipibos, el pueblo indígena más numeroso de Ucayali.
Entre los shipibos fallecidos es conocido el caso de Silvio Vallés, alcalde del municipio de Masisea, en Ucayali, que murió tras empeorar repentinamente y tener dificultades para encontrar una cama en los hospitales de Pucallpa, capital de Ucayali.
Otro líder shipibo afectado es Lizardo Cauper, presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), la mayor organización indígena de Perú; así como el asháninka Berlín Diques, presidente de la filial regional de esta federación en Ucayali.
No están en ninguno de estos registros de organizaciones indígenas los cerca de 500 casos confirmados en shipibos de la comunidad urbana de Cantagallo, formada por unas 250 familias que desde hace 20 años se asentaron en pleno centro de Lima, a orillas del río Rímac, tras emigrar desde Ucayali.
Miles de comunidades en riesgo
La zona sur de la Amazonía peruana parece de momento más a salvo del coronavirus, pero a inicios de mes el Consejo Harakbut, Yine y Machiguenga (Coharyima) reportó 17 casos en la comunidad de Santa Teresita, de etnia yine.
Ante el primer caso en la provincia del Manu, en la región de Madre de Dios, la comunidad de Shintuya, de etnia harakbut, bloqueó la carretera que atraviesa su territorio, lo que ha llevado a que un fiscal les ordene reabrirla bajo advertencia de denunciarlos por extorsión.
En total son más de mil las comunidades indígenas en riesgo de contagio de coronavirus tras haberse registrado casos en sus distritos, de acuerdo a la información oficial analizada por la ONG ambientalista Copperacción en las doce regiones amazónicas de Perú.
"La penetración de la pandemia hacia el interior de los territorios es innegable", concluyó Copperacción, que ha podido comprobar como el número de casos se ha multiplicado por tres desde el pasado mes de abril hasta registrar 5,526 enfermos.
El número de fallecido según este recuento se habría multiplicado hasta 26 veces y alcanzar los 1,316 muertos.
Gran vulnerabilidad
Ante este escenario, las comunidades indígenas están enmarcadas como poblaciones muy vulnerables frente a la pandemia, pues la mayoría no cuenta con servicios básicos como agua potable y solo unas pocas tienen una posta de salud, abastecida con unos pocos medicamentos para dolencias menores.
En caso de requerir un hospital, los habitantes de las comunidades nativas deben navegar por intrincados ríos de la selva, a veces durante varios días para poder llegar a una ciudad.
Ante los constantes reclamos de las organizaciones indígenas, el Gobierno de Perú sacó un decreto dirigido a contener la enfermedad en las comunidades nativas casi dos meses después de que comenzase la cuarentena, pero su contenido no contentó a estas poblaciones por resultar una reiteración de políticas públicas ya conocidas.