El lavandero Ratan Kumar siempre había combatido el calor estival de India con lo que tenía a mano: trapos mojados, un baño nocturno y sistemas de refrigeración rudimentarios. Pero todo eso quedó atrás: por fin tiene aire acondicionado.
Hace unos meses, Ratan Kumar, de 48 años, decidió darse el capricho y comprar esta pequeña revolución para su familia, residente en Rajasthan (oeste de India), donde el mercurio suele alcanzar los 50 ºC en los días de más calor, entre abril y junio.
"Los veranos hacen miserable nuestra vida. Luchamos para lograr dormir unas horas tras una jornada de duro trabajo", cuenta a la AFP Ratan Kumar, en su modesta vivienda de dos habitaciones, en la ciudad de Behror.
Pero, aunque en su día a día el aire acondicionado pueda suponer una bendición contra el calor infernal de afuera, estos aparatos no son ningún regalo para el planeta, pues agravan las emisiones de gases con efecto invernadero y, por ende, el calentamiento global.
Alrededor del 5% de los hogares de India, que cuenta con 1,250 millones de habitantes, posee uno en la actualidad. Pero, con el aumento del nivel de ingresos, las ventas de dispositivos de aire acondicionado se han disparado. En China, la tasa de penetración, en comparación, es del 60%.
Aún así, esos aparatos consumen mucha electricidad, cuya producción engendra emisiones de dióxido de carbono (CO2) adicionales. En la ciudad, contribuyen también a que suban las temperaturas, al expulsar el calor bombeado en el interior de los edificios.
"No soy rico pero todos aspiramos a tener una vida cómoda", explica Ratan Kumar, mientras plancha algunas prendas. A este padre de dos chicos adolescentes, su trabajo le reporta 16,000 rupias (200 euros) mensuales.
- Un 'derecho' -
Más de una veintena de fabricantes de aires acondicionados compiten en el mercado indio, que registró un crecimiento de dos cifras en la última década. El país cuenta ya con casi 30 millones de esos aparatos, frente a los 26 millones de 2016, según las estimaciones de industriales del sector. Y, según las proyecciones de la Agencia Internacional de la Energía, para 2050 se habrá superado el umbral de los 1,000 millones.
En la fábrica del japonés Daikin, a unos 15 km de la casa de Ratan Kumar, cientos de empleados producen cada año 1.2 millones de aparatos de aire acondicionados para particulares.
El aire acondicionado "ya no es un producto de lujo sino una necesidad", considera Kanwal Jeet Jawa, responsable de la empresa para India. "Los aparatos de aire acondicionado aumentan la productividad y la esperanza de vida. Todo el mundo tiene derecho al aire acondicionado".
Pero la cultura india de utilizar al máximo los aparatos, a base de chapuzas, pone en peligro al medio ambiente en el caso del aire acondicionado, avisan los expertos.
Pues esas máquinas utilizan fluidos refrigerantes como hidrofluorocarburos, que son más de cien veces más nocivos que el CO2 para el clima. Aunque, en teoría, estén en un circuito cerrado, si el aparato no está bien ensamblado o el mantenimiento es deficitario, se pueden producir fugas a la atmósfera.
- Producir más electricidad -
El consumo energético de esos aparatos también aumentará la presión sobre la producción eléctrica de India. Pese a que se han desarrollado las energías renovables en los últimos años, el país recurre sobre todo a las centrales térmicas de carbón, muy contaminantes.
Y mientras que los dirigentes mundiales se reúnen en la ciudad polaca de Katowice para la cumbre sobre el clima COP24, el cambio climático sigue estando lejos de las preocupaciones diarias de los indios, que tienen que enfrentar un calor abrasador en verano, señala Ram Vikas Yadav, vendedor de electrodomésticos en Behror.
"La gente quiere aire acondicionado para mantener sus casas frescas", señala este comerciante, que ha visto cómo sus ventas de ese tipo de aparatos aumentaban un 150% un año tras otro.
Los indios más humildes usan dispositivos más sencillos y que consumen poca energía, como los ventiladores de techo o de un sistema en el que un ventilador sopla aire frío a través de depósitos llenos de agua.
Pero esos pequeños medios son insignificantes frente a un calor brutal capaz de derretir el asfalto, por lo que cada vez son más los que optan por el aire acondicionado, pese a que este sea dañino para el planeta.
Ratan Kumar ni se lo pensó: "los científicos hablan mucho de esas cosas, pero al menos, ahora, puedo tener un poco de sueño decente".