El endeudado gigante inmobiliario chino Evergrande pidió paciencia a sus acreedores mientras prepara un “plan de reorganización” que le permita dar una solución a la crisis de deuda y liquidez que arrastra y que ha atraído la mirada de inversores internacionales desde hace meses.
En un comunicado remitido a la Bolsa de Hong Kong, donde cotiza, la compañía asegura haber estado llevando a cabo “incesantes esfuerzos para evaluar la situación del grupo y estabilizar sus operaciones, con vistas a formular un plan de reorganización que sea beneficioso para todas las partes implicadas”.
Al respecto de las repetidas quejas de algunos de sus acreedores ‘offshore’ sobre que Evergrande no estaba atendiendo sus reclamaciones, el conglomerado afirma ahora que “ha iniciado un diálogo activo” con ellos.
Sin embargo, “dado el tamaño del grupo, el número de partes interesadas y la complejidad de la situación, el grupo necesitará más tiempo para considerar, evaluar y analizar de manera exhaustiva el número de posibles soluciones antes de poder entrar con responsabilidad en más negociaciones sustanciales con sus acreedores”, añade el documento.
Asimismo, en otro comunicado citado por el diario hongkonés South China Morning Post, Evergrande pidió a sus acreedores en el extranjero que “muestren paciencia y se abstengan de emprender acciones legales agresivas”.
En las últimas semanas, informaciones publicadas en la prensa internacional han apuntado que los bonistas ‘offshore’ de Evergrande se estarían preparando para reclamar por la vía judicial que la firma china cumpla con sus obligaciones.
Por otra parte, aunque no hay confirmación oficial alguna, también ha trascendido que las autoridades de la provincia suroriental china de Cantón -que intervinieron en Evergrande a principios de diciembre del 2021- anunciarían antes del próximo mes de marzo un marco para el plan de reestructuración de la deuda de la empresa.
En total, Evergrande tiene emitidos en torno a US$ 20,000 millones en bonos ‘offshore’, y destacadas agencias de calificación como Fitch ya consideran que ha incurrido en impago en parte de ellos.
Según datos ofrecidos a mediados del año pasado por la compañía, su pasivo total supera los US$ 300,000 millones, aunque la situación se tornó especialmente difícil de sostener después de que, en agosto del 2020, Pekín anunciase restricciones al acceso a financiación bancaria a las promotoras que, como Evergrande, habían acumulado un alto nivel de deuda apoyando durante años su crecimiento en agresivas políticas de apalancamiento.