Por Peter Orszag
A medida que el daño causado por el cambio climático es cada vez más palpable, hay algunas buenas noticias: el costo estimado de la reducción de las emisiones de carbono está cayendo rápidamente.
Un ejemplo impresionante es un análisis realizado por Geoffrey Heal, de Columbia University, que muestra que a Estados Unidos le costaría solo US$ 6,000 millones al año hacer la transición hacia la generación de electricidad libre de carbono para 2050.
Aunque las cifras exactas no serían estrictamente lo estimado, Heal tiene razón al enfatizar que la transición hacia una energía más limpia es mucho menos costosa hoy de lo que solía ser. Tres fuerzas están cambiando los cálculos.
Primero, los costos de energía renovable están cayendo tan rápidamente que tanto la energía solar como la eólica terrestre a escala de servicios públicos se han vuelto más baratas que el gas natural o la energía por carbón, como muestran las estimaciones 2019 con costo nivelado de la energía generadas por Lazard.
Como escribí cuando salieron estas cifras, múltiples fuerzas han reducido los costos, incluidas las mejoras continuas en tecnología y menores costos de capital (en noviembre, Lazard habrá actualizado las estimaciones del costo de varias tecnologías de energía).
En segundo lugar, el costo del almacenamiento de energía renovable también está cayendo. El desafío con la energía eólica y solar es que son intermitentes, por lo que requieren energía convencional, como el gas natural de ciclo combinado, o suficiente almacenamiento para suavizar la variación relativa a la demanda.
A medida que el almacenamiento se vuelve más asequible que la suplementación, la proporción de producción de energía basada exclusivamente en energía renovable puede expandirse.
Aquí también hay buenas noticias. Las tecnologías de almacenamiento están evolucionando rápidamente y los costos están cayendo en picada.
Los costos de la tecnología de baterías de iones de litio están disminuyendo particularmente rápido en comparación con otras tecnologías de almacenamiento, según el estudio de costo nivelado de almacenamiento de Lazard (Heal admite que estos costos son la parte más incierta de su análisis. Para simplicidad, asume que se necesitará suficiente almacenamiento para dos días de producción agregada de todas las plantas de energía renovable. Esto está integrado en su estimación de US$ 6,000 millones al año).
En tercer lugar, y es crucial, muchas centrales eléctricas están llegando al final de su vida útil y deben ser reemplazadas de una manera u otra. Esto significa que el costo de construcción de nuevas instalaciones es un hecho, y no debe contarse como un costo de la transición a electricidad con menor uso de carbono. Así, ahora es un momento oportuno para pasar a tecnologías de producción mejoradas, antes de incurrir en nuevos costos de capital y que las tecnologías se vuelvan comunes.
Si se incluyen los costos relativos al reemplazo de las plantas antiguas, la estimación de Heal aumenta a US$ 41,000 millones al año, lo que sigue siendo manejable.
Entonces, ¿Cómo llegamos hasta allá? Business Roundtable (mesa redonda de negocios) recientemente respaldó la valoración de precios del carbono con una serie de políticas complementarias para reducir las emisiones. La mayoría de los economistas, por el contrario, pondrían un énfasis casi exclusivo en la fijación de precios del carbono, minimizando otros enfoques, como subsidios fiscales y estándares de eficiencia energética.
Pero Heal duda que simplemente fijar un precio para el carbono funcione realmente bien, por lo menos salvo que el precio sea mucho más alto de lo que comúnmente se valora. Como resultado, adopta a regañadientes medidas de política adicionales y se une a Business Roundtable para abarcar más que solo fijar el precio del carbono.
En conclusión, el costo de la transición hacia una energía más limpia está cayendo drásticamente y parece muy manejable. Heal sugiere que por US$ 20 por persona al año, es posible eliminar las emisiones netas de carbono de nuestra red energética dentro de tres décadas. Puede que sus estimaciones sean demasiado optimistas, pero tiene razón en que el costo de pasar a energía limpia está cayendo rápidamente, y dado lo que está en juego, se está convirtiendo en la ganga del siglo.