El Partido Laborista británico debe dejar de ser de denuncia para poder atraer a más sectores del electorado y llegar a gobernar, ha afirmado su líder, Keir Starmer.
“Debemos pasar de ser un partido de protesta a un partido que puede ganar el poder, para luego entregar ese poder a los trabajadores. No me disculpo por eso”, escribe Starmer en un artículo publicado este domingo por “The Sunday Mirror”.
El dirigente de la oposición ha sido criticado por buena parte del movimiento sindical, que fundó y financia a la formación progresista, por no haber apoyado abiertamente las recientes huelgas ferroviarias y de otros sectores y haber cesado a un miembro de su equipo que el miércoles visitó un piquete.
En su artículo, Starmer defiende que solo si llega al Gobierno el partido de centroizquierda podrá realmente “lograr los cambios que los sindicatos y los trabajadores quieren ver”.
“Entiendo completamente por qué la gente se declara en huelga para obtener mejores salarios y mejores condiciones. Apoyo su derecho a hacerlo”, manifiesta.
El líder laborista revela que, cuando trabajaba de abogado, representó gratis a los mineros que en los años 80 hicieron huelga contra el Ejecutivo conservador de Margaret Thatcher.
“No lo dije solo de sentimiento o como una oportunidad para tomar fotos. Respaldé mis palabras con acciones”, mantiene.
“Ahora dirijo un Partido Laborista que quiere cambiar las vidas de la gente y darle al Reino Unido el nuevo comienzo que necesita”, declara.
Tras suceder al más izquierdista Jeremy Corbyn el 4 de abril de 2020, Starmer se ha esforzado por llevar a la formación al centro político, a fin de ganar apoyos y proyectarse como próximo primer ministro británico.