La comunidad internacional recaudará este martes fondos para atender las necesidades de cinco millones de venezolanos que abandonaron su país y de sus comunidades de acogida, enfrentadas a una mayor presión económica por el coronavirus.
La pandemia, que golpea con fuerza América Latina y el Caribe con más de 40,000 muertos, “ha vuelto a poner sobre la mesa la urgencia de actuar”, dijo el jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell.
A partir de las 14H00 GMT, los alrededor de 60 participantes, entre países, organizaciones e instituciones financieras, anunciarán su respuesta económica a los llamados de “ayuda urgente” de los países latinoamericanos.
“El impacto de la pandemia ha golpeado severamente a países de acogida”, subrayó en un comunicado la cancillería de Ecuador, pidiendo más recursos internacionales “para hacer frente a la crisis migratoria y de refugiados”.
La plataforma regional liderada por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima en unos US$ 1,410 millones la ayuda necesaria en el 2020 para atender la crisis, de los cuáles casi US$ 430 millones se destinarán a acciones relacionadas con el virus.
Fuentes en Bruselas descartan que las donaciones superen los US$ 1,000 millones, pero consideran necesaria cualquier aportación para auxiliar en la segunda mayor crisis de desplazados del mundo, tras Siria.
Venezuela vive una grave crisis socioeconómica, institucional y política desde el 2015. Desde entonces, poco más de 5 millones de personas han abandonado el país, en su mayoría a países vecinos, según datos de la ONU.
En octubre del 2019, en un evento en Bruselas que permitió recaudar unos US$ 133 millones, los países de acogida ya solicitaron ayuda para atender a los migrantes, ahora más necesaria por el impacto económico del virus.
A modo de ejemplo, la economía de Colombia, que acoge a unos 1.8 millones de venezolanos y donde murieron 750 personas por el COVID-19, se contraerá un 2.4% en el 2020, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El desempleo generado por las medidas para contener la pandemia y el temor de ser objeto de discriminación han hecho que cientos de migrantes hayan decidido regresar a su país, pese a las restricciones en la frontera.
“Estrategia distractiva”
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, explicó a la cadena Euronews que el 80% de los venezolanos dependen del dinero que ganan a diario o de la economía informal, muy golpeada por la pandemia.
“Se han visto profundamente afectados por este impacto económico [vinculado al confinamiento] y muy a menudo también las comunidades que los acogen, que suelen ser pobres”, agregó Grandi, llamando a aliviar la “carga” de estos países.
Acnur y la OIM estiman que Colombia necesitará por ejemplo US$ 782.26 millones en el 2020 para los migrantes y comunidades de acogida, más que Ecuador (US$ 200.38 millones), Perú (US$ 148.64 millones), Brasil (US$ 87.51 millones) y Chile (US$ 35.09 millones).
Los cancilleres de estos países, que acogen casi las tres cuartas partes de los venezolanos desplazados, tomarán la palabra al inicio de la conferencia, donde participarán Estados Unidos, Japón y países europeos, entre otros.
El régimen chavista a cargo de Nicolás Maduro, cuya legitimidad disputa el opositor Juan Guaidó al que más de 50 países consideran presidente interino, criticó la celebración de la conferencia de donantes.
“La verdadera necesidad de fondos debería ir a la repatriación y reinserción de venezolanos que regresan por millares”, tuiteó su canciller Jorge Arreaza, que cargó contra una “estrategia distractiva” de Estados Unidos y la UE.
El evento llega en plena tensión con Washington por las denuncias de una frustrada incursión marítima a Venezuela, de la que Caracas responsabiliza a Guaidó, Estados Unidos y Colombia, y el acercamiento de Maduro a Irán.