“Corran a las urnas”. A escasos cuatro meses de las cruciales elecciones legislativas de medio término, el partido de Joe Biden espera que la batalla contra el aborto que divide a Estados Unidos provoque el giro político que el presidente necesita con desespero.
Por un lado, los republicanos celebran la culminación de casi 50 años de activismo contra el fallo histórico de 1973 que garantizaba la protección federal del derecho al aborto, bajo el argumento de que en su momento se decidió de manera errónea.
Los demócratas, ahora en alerta por la eliminación de medio siglo de derechos reproductivos, temen que los republicanos retomen control del Congreso y vayan más allá al agregar una prohibición federal que amenace el acceso legal en todo el país.
De cara a una confrontación electoral en noviembre, el presidente Biden dijo el viernes que “los votantes deben ser escuchados”, y expuso junto a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, su percepción de lo que está en juego para esas elecciones. “Las libertades individuales estarán en las papeletas”, pronosticó.
Es tradición que esta elección de medio término en la que Estados Unidos renueva todos los escaños de la Cámara de Representantes, y un tercio del Senado, no sea favorable al gobierno de turno y entusiasme poco a los votantes.
Sin embargo, “el aborto es uno de los asuntos inusuales que posiblemente capte la atención” en favor de los demócratas, dice Shana Gadarian, profesora de ciencias políticas en la Universidad de Syracuse, “debido a que es una cuestión sobre la que un enorme número de personas tiene una opinión sólida”.
“La opinión pública está generalmente a favor del derecho al aborto, incluso entre los republicanos”, advirtió.
Según una encuesta de CBS News/YouGov realizada el viernes justo después de la Corte Suprema decidió sepultar el derecho al aborto, el 50% de los demócratas dijo que considera más probable votar después del fallo del alto tribunal estadounidense.
¿En juego otros derechos reproductivos?
Al tanto de estas estadísticas, los candidatos demócratas de todo el país han decidido enfocar su campaña en este asunto, esperanzados en convertir la ira de sus electores en votos.
“Los ataques no se detendrán ahí”, advirtió Cheri Beasley, candidata al escaño del Senado por Carolina del Norte.
“El acceso a las pastillas anticonceptivas, la fertilización in vitro, los DIU (Dispositivos Intrauterinos) también está amenazados”, alertó, e invitó a los votantes a “correr a las urnas” en noviembre.
“Lo que está en juego no podría ser más importante, envíenme a Washington para proteger los valores demócratas”, pidió el fin de semana John Fetterman, demócrata de Pensilvania que en noviembre competirá al Senado contra un famoso cirujano apoyado por Donald Trump.
El 8 de noviembre, también habrá comicios locales y una treintena de estados elegirán gobernador, un puesto importante porque otorga derecho de veto a las leyes aprobadas por sus asambleas locales.
En Michigan, la gobernadora Gretchen Whitmer, candidata a la reelección, ya prometió “luchar con todas sus fuerzas” para proteger el derecho de las mujeres al aborto.
Whitmer ya había acudido a los tribunales para impedir que se implementara una ley de 1931 que prohibía la interrupción voluntaria del embarazo.
Gerard Filitti, consejero principal del grupo de expertos Lawfare Project en Nueva York, cree que los demócratas pueden replantearse las elecciones de medio término y centrarla en la batalla por los derechos fundamentales en vez de una por el costo de vida.
“La preocupación sobre los derechos civiles puede ganarle fácilmente a la preocupación por la economía, y los republicanos ya no tienen asegurado un camino despejado hacia la victoria”, dijo.
“Quemar Estados Unidos”
Del lado republicano, donde la cancelación del derecho de las estadounidenses a abortar ha sido ampliamente aplaudida, intentan en cambio que la decisión de la Suprema Corte no termine siendo un caramelo envenenado que aleje a sus votantes más moderados de las urnas.
“Los republicanos harán todo lo posible para que el debate vuelva a la inflación, la economía y los precios de la gasolina”, temas con los que han atacado la administración de Joe Biden desde hace meses, anticipa la consultora política y encuestadora Carly Cooperman.
En Nevada, donde el derecho al aborto está ampliamente protegido, el aspirante republicano para ese estado, Adam Laxalt, pidió que el fallo de la corte no “distraiga a los votantes de (ver) los precios exorbitantes, el aumento del crimen o la crisis (migratoria) en nuestra frontera”.
Conservadores de alto perfil como el republicano Lindsey Graham pusieron rápidamente la crisis de seguridad en el centro del debate, acusando a manifestantes por el derecho a decidir como “anarquistas” que quieren “quemar Estados Unidos”. Aunque se informaron docenas de detenciones durante el fin de semana de protestas en todo el país, los incidentes de violencia y vandalismo fueron aislados y limitados.