Bill Hwang, dueño de la firma de inversión privada Archegos Capital Management (Emile Wamsteker/Bloomberg)
Bill Hwang, dueño de la firma de inversión privada Archegos Capital Management (Emile Wamsteker/Bloomberg)

Las autoridades de Estados Unidos arrestaron este miércoles por supuesto fraude a Bill Hwang, el dueño de Archegos, un fondo de inversión que se vino abajo hace algo más de un año causando pérdidas multimillonarias a numerosas entidades financieras.

Junto a Hwang, fue detenido el que fuera jefe financiero del fondo, Patrick Halligan, y está previsto que ambos comparezcan a lo largo del día ante un juez de Nueva York, según varios medios estadounidenses.

Según el escrito de acusación hecho público por la Fiscalía, Hwang y Halligan se enfrentan a varios cargos de fraude y asociación delictiva por una supuesta trama para manipular el precio de acciones que figuraban en la cartera de Archegos y defraudar a bancos de inversión.

Esas acciones, según las autoridades, permitieron que la cartera del fondo pasara en un solo año de US$ 1,500 millones a unos US$ 35,000 millones.

El negocio de Archegos se desmoronó en marzo del año pasado y afectó a grandes entidades como Credit Suisse, Nomura, UBS o Morgan Stanley, que tuvieron que apresurarse a liquidar sus intereses vinculados con el fondo y perdieron cantidades multimillonarias.

El escándalo volvió a poner sobre la mesa el riesgo de productos financieros derivados, que ya estuvieron detrás de la crisis de Lehman Brothers, pues Archegos utilizó esos instrumentos como parte central de su estrategia.

Esta no es la primera vez que Hwang se ve envuelto en la polémica, pues el millonario inversor ya fue denunciado por tráfico de información privilegiada cuando era el gerente de Tiger Asia, por la que pagó una multa de US$ 44 millones.

Hwang, que había hecho su fortuna tras la crisis de los “tigres asiáticos” de los noventa, regresó a Wall Street con Archegos Capital Management, su brazo inversor personal y que operaba en secreto gracias a instrumentos financieros derivados que le permitían adoptar grandísimas posiciones en empresas cotizadas sin necesidad de adquirir los títulos con la mediación de los bancos de inversión afectados, que a cambio recaudaban cuantiosas comisiones.