Barack y Michelle Obama cerraron filas con Kamala Harris en su carrera para las elecciones de noviembre en Estados Unidos contra el republicano Donald Trump, reacio a participar en un debate con ella hasta que sea nominada por el Partido Demócrata.
“Esta semana, Michelle y yo llamamos a nuestra amiga Kamala Harris. Le hemos dicho que pensamos que será una fantástica presidenta de Estados Unidos, y que tiene todo nuestro apoyo”, afirmó el expresidente Barack Obama en un mensaje en la red social X tras permanecer en silencio varios días.
El viernes por la mañana, el apoyo también llegó desde los Juegos Olímpicos de París, con la leyenda del atletismo estadounidense Allyson Felix, quien afirmó que una victoria de Harris en noviembre “sería monumental”.
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La vicepresidenta, de 59 años, tiene garantizada la nominación de aquí a la convención del Partido Demócrata, prevista a partir del 19 de agosto en Chicago (norte).
Desde que el presidente Joe Biden, de 81 años, se retiró de la carrera por la reelección, según él, por la “defensa de la democracia” y para dar paso a “voces jóvenes”, Harris se ha convertido en la gran esperanza de los demócratas.
Un motivo de preocupación para Donald Trump, de 78 años, que se ha visto obligado a recalibrar su campaña, muy centrada en la edad de Biden.
El equipo de campaña de la exsenadora por California y exfiscal describe ahora a su rival como un “delincuente de 78 años”, que fue condenado en mayo en un caso penal y con otras causas judiciales pendientes.
La caída de Biden se precipitó tras su desastroso desempeño en un debate en junio con Trump, quien ahora siembra la duda sobre si participará en uno previsto el 10 de setiembre.
Estaba programado contra Biden en la cadena ABC.
“Tiene miedo”
Se esperaba que se mantuviera en pie con Harris, pero el portavoz de Trump, Steven Cheung, dijo que era “inapropiado” programarlo cuando la vicepresidenta aún no es formalmente la candidata demócrata.
Pete Buttigieg, el secretario de Transporte estadounidense y un importante defensor de la campaña de Harris, se burló de Trump por ser “incapaz de adaptarse”.
“Demuestra que tiene miedo. Demuestra que sabe que si los dos están juntos en un escenario, no va a acabar bien para él”, dijo Buttigieg en MSNBC.
Hace una semana, Trump fue coronado en la convención republicana tras resultar herido en un intento de asesinato. Exudaba confianza y triunfalismo.
Pero en las últimas encuestas empata con Kamala Harris, acostumbrada a romper el techo de cristal. Negra y de ascendencia surasiática, es la primera mujer vicepresidenta de Estados Unidos.
Ella le acusa a él de querer arrebatar las “libertades” conquistadas con mucho esfuerzo, como el derecho al aborto, y él la tacha de “lunática radical de izquierda” y afirma, sin motivo, que está a favor de la “ejecución” de bebés recién nacidos.
El viernes, Trump recibió al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en su residencia de Florida. “Si ganamos, será muy sencillo. Todo se solucionará y muy rápido”, aseguró el expresidente republicano.
“Ahora estamos más cerca de una tercera guerra mundial que en ningún otro momento desde la Segunda Guerra Mundial (...) porque gente incompetente dirige nuestro país”, afirmó.
La víspera Netanyahu se reunió en la Casa Blanca con Biden, pero también con Kamala Harris, quien le advirtió que no se quedará callada “ante el sufrimiento” en Gaza, donde Israel libra una guerra contra Hamás después de que combatientes de este grupo islamista palestino atacara su territorio el 7 de octubre.