Las grandes empresas en Shanghái, como Tesla y Volkswagen, comenzaron a prepararse el lunes para reabrir sus plantas en la ciudad más poblada de China, en medio de los esfuerzos por volver a la normalidad después de un cierre de casi tres semanas para evitar la propagación del COVID-19.
Aún así, la mayoría de los trabajadores tendrán que vivir unidades designadas para cuarentena y no había información de inmediato sobre cómo las fábricas lidiarán con las líneas de suministro interrumpidas y el acceso al mercado, ya que las autoridades también han ordenado cierres en otras ciudades y se han registrado retrasos en puertos y las salidas de camiones.
El cierre de Shanghái y las medidas de China para controlar la pandemia en otras zonas han dañado la economía y sacudido las cadenas de suministro mundiales.
Los 25 millones de habitantes de Shanghái están enfrentándose a pérdidas de ingresos, rezagos en los flujos de suministros de alimentos, separación de familias y a las malas condiciones de salubridad en los centros de cuarentena.
Pekín dijo la semana pasada que había elaborado una “lista blanca” de 666 empresas con prioridad para reabrir o mantener las operaciones en Shanghái. Estos incluyen Tesla, Volkswagen y su socio chino SAIC Motor , así como firmas de atención de salud y fabricantes de semiconductores, según una copia de la lista vista por Reuters.
En preparación para la reapertura, Tesla contactó a los trabajadores a su planta de Shanghái, ya que deberán vivir en el complejo, en línea con el proceso de “gestión de cierre de burbuja” de China, dijeron dos fuentes.
Motor SAIC dijo que comenzaría a realizar pruebas de estrés el lunes sobre sus propios planes de reanudación de la producción, mientras que Volkswagen dijo que estaba evaluando la viabilidad de reanudar las operaciones en su empresa conjunta con SAIC.
La ciudad tenía como objetivo haber detenido la propagación de COVID-19 fuera de las áreas en cuarentena para el miércoles, dijeron fuentes citadas por Reuters el domingo, una meta ambiciosa que permitiría seguir relajando el bloqueo.
Las autoridades están intensificando las pruebas de COVID y el traslado de casos positivos y sus contactos cercanos a centros de aislamiento para cumplir con ese objetivo.
El cierre de Shanghái y las restricciones más amplias de China están lastrando a la segunda economía del mundo durante un año clave para el presidente Xi Jinping, quien se espera que obtenga un tercer mandato en otoño boreal.
Datos de marzo publicados el lunes mostraron que el consumo y el empleo sufrieron debido a las restricciones del COVID, y los economistas han proyectado un empeoramiento de las perspectivas económicas generales.