El Banco de Desarrollo de América Latina-CAF “se transformará en los próximos cinco años en el banco verde de Latinoamérica y el Caribe”, que ayudará a los 19 países miembros a cumplir con sus objetivos contra el cambio climático, declaró el vicepresidente de Desarrollo Sostenible de la entidad, Julián Suárez.
En una entrevista durante la cumbre del clima de la ONU COP26, que se celebra hasta el 12 de noviembre en Glasgow (R. Unido), Suárez explicó que esta meta se plantea “en el marco de un cambio en la gerencia de CAF”, después de que el 1 de setiembre asumiera como nuevo presidente ejecutivo Sergio Díaz-Granados.
Díaz-Granados “está particularmente implicado en la agenda climática, habida cuenta de que en sus orígenes -él es del Caribe colombiano- ha conocido de primera mano sus avatares en el pasado”, indicó el vicepresidente.
En su transición ecológica, la entidad se dispone a “estar muy cerca” de sus países accionistas -17 de América Latina y el Caribe más España y Portugal-, “acompañándolos en sus agendas climáticas y ambientales”, específicamente en el cumplimiento de sus programas de reducción de emisiones de carbono, afirmó.
En números, precisó Suárez, el banco “va a financiar en los próximos cinco años de manera directa alrededor de US$ 25,000 millones (unos 21,600 millones de euros) en favor de las agendas clima y ambiente”, entendiendo el nexo entre “la mitigación y la adaptación al cambio climático con una biodiversidad positiva”.
Esta financiación directa implica que al menos el 40% del total de nuevas aprobaciones de financiamiento de CAF al 2026 “incorporarán beneficios ambientales y climáticos de acuerdo a una taxonomía comúnmente definida a nivel internacional”, frente a un 26% en el 2020, aseguró.
El vicepresidente dijo que el tipo de proyectos que financiarán en base a la agenda verde son, por ejemplo, programas para descarbonizar el transporte público, introduciendo vehículos eléctricos en la medida de lo posible, o para hacer llegar “agua y saneamiento digno” a comunidades aún desabastecidas.
El banco, añadió, trabaja además para convertirse “en una plataforma estratégica y confiable para posibilitar que la cooperación internacional, inclusive aquella que en el marco de la COP las economías en desarrollo han comprometido, pueda aterrizar en favor de las agendas de clima, sobre todo de adaptación climática, hacia América Latina y el Caribe”.
“Nos estamos planteando que en los próximos cinco años al menos US$ 1,500 millones (1,300 millones de euros) provenientes de los tres mecanismos de ambiente y clima de la ONU en condiciones concesionales puedan llegar a la región a través de CAF como agencia implementadora de acceso directo”, indicó.
Suárez señaló que la COP26 es “una oportunidad sin igual” para que los países desarrollados lleguen a la meta prometida en 2009 de aportar al menos US$ 100,000 millones (86,700 millones de euros) anuales para ayudar a los Estados en vías de desarrollo a mitigar y adaptarse a los estragos del cambio climático.
Por otra parte, el vicepresidente aseguró que CAF es “carbono neutral” desde sus inicios en 1970 y reveló que esta misma semana registró los créditos de carbono adquiridos para compensar la huella de carbono institucional del 2020, en este caso de un programa que protege 710,000 hectáreas de bosque autóctono tropical en Colombia.