Grandes petroleras como BP, Total y Royal Dutch Shell han reducido progresivamente sus estimaciones de precios del petróleo a largo plazo al rango de US$ 50-US$ 60 el barril. Sin embargo, algunos analistas prevén niveles aún más bajos, dependiendo del ritmo de la transición energética. (Foto: AFP)
Grandes petroleras como BP, Total y Royal Dutch Shell han reducido progresivamente sus estimaciones de precios del petróleo a largo plazo al rango de US$ 50-US$ 60 el barril. Sin embargo, algunos analistas prevén niveles aún más bajos, dependiendo del ritmo de la transición energética. (Foto: AFP)

Las compañías petroleras estatales podrían desperdiciar unos US$ 400,000 millones en inversiones en la próxima década en nuevos proyectos que tendrán dificultades para generar ganancias a medida que el mundo se aleja de los combustibles fósiles, dijo Natural Resource Governance Institute (NRGI), una organización no gubernamental.

NRGI estimó que las compañías petroleras nacionales (NOC, por sus siglas en inglés) invertirán US$ 1.9 billones en los próximos 10 años y que solo cerca de una quinta parte de esas inversiones superará el umbral de la rentabilidad aunque los precios del crudo se mantengan por encima de los US$ 40 el barril.

Los precios del crudo han superado los US$ 60 esta semana, tras caer por debajo de los US$ 20 el año pasado, cuando la demanda se desplomó debido a la crisis del coronavirus.

No obstante, las perspectivas a largo plazo se están debilitando, ya que más analistas y firmas energéticas creen que el pico de la demanda petrolera se alcanzará antes que las previsiones que apuntan a principios de la década del 2030.

“Una gran cantidad de inversiones estatales en proyectos petroleros probablemente solo producirán ganancias si el consumo mundial de petróleo es tan alto que el mundo excede sus objetivos de emisión de carbono”, dijo Patrick Heller, coautor del informe “Risky Bet” (“Apuesta arriesgada”) de NRGI, en referencia a los objetivos fijados en el acuerdo climático de París del 2015.

Grandes petroleras como BP, Total y Royal Dutch han reducido progresivamente sus estimaciones de precios del a largo plazo al rango de US$ 50-US$ 60 el barril. Sin embargo, algunos analistas prevén niveles aún más bajos, dependiendo del ritmo de la transición energética.

En los países donde se encuentran las NOC, alrededor de 280 millones de personas viven por debajo del umbral de pobreza. Los fondos invertidos en los proyectos petroleros más desafiantes podrían gastarse mejor en atención médica, educación o diversificación de la economía para reducir la desigualdad, según el informe.

“Los gastos de las compañías son una apuesta muy incierta”, dijo David Manley, analista económico senior de NRGI y coautor del informe.

Según dijo, las inversiones podrían generar ganancias, pero también podrían “allanar el camino para las crisis económicas en el mundo emergente y en desarrollo y necesitar rescates futuros que le cuestan caro a la gente”.

El informe dijo que productores de Oriente Medio como Arabia Saudita se verían menos afectados, ya que sus niveles de equilibrio son más bajos. No obstante, los países africanos y latinoamericanos -con mayores costos- enfrentan riesgos más elevados y compañías como la mexicana Pemex y la angoleña Sonangol ya están lastradas por la deuda.

El esfuerzo de las NOC por bombear más petróleo ya estaba dando escasos beneficios. En promedio, solo un dólar de cada cuatro dólares de ingresos vuelve a las arcas gubernamentales, según el informe.

NRGI se refirió a las fuertes inversiones de SOCAR en Azerbaiyán y NNPC en Nigeria. Según indicó, la mitad de las inversiones de NNPC podrían convertirse en pérdidas si la transición energética global avanza rápidamente.

Otros países donde las inversiones deberían ser revisadas son Argelia, China, Rusia, India, Mozambique, Venezuela, Colombia y Surinam, señaló.