Un cierre en las plataformas también ejercerá presión sobre la administración de Nicolás Maduro, que considera los ingresos del petróleo como su principal salvavidas. (Foto: Bloomberg)
Un cierre en las plataformas también ejercerá presión sobre la administración de Nicolás Maduro, que considera los ingresos del petróleo como su principal salvavidas. (Foto: Bloomberg)

La inminente fecha límite de las amenaza con golpear la cada vez menor flota de plataformas petroleras de y obstaculizar la producción de energía en la nación con la mayor reserva de crudo del mundo.

Casi la mitad de las plataformas que operan en Venezuela cerrarán el 25 de octubre si la administración Trump no extiende una exención de 90 días de sus sanciones, según datos recopilados por la consultora Caracas Capital Markets. Esto podría paralizar aún más la producción del país integrante de la (OPEP), ya que las estructuras son necesarias para perforar nuevos pozos cruciales, incluso para mantener la producción, que ya está cerca de su nivel más bajo desde la década de 1940.

Un cierre en las plataformas también ejercerá presión sobre la administración de Nicolás Maduro, que considera los ingresos del petróleo como su principal salvavidas. EE.UU. apuesta a una mayor presión económica para derrocar al régimen y traer nuevas elecciones a la nación devastada por la crisis, un miembro fundador de la OPEP y el mayor exportador de crudo de América Latina hasta los últimos años.

Venezuela mantenía 23 plataformas petrolíferas perforando en julio, frente a 49 de hace solo dos años, según datos recopilados por Baker Hughes. Diez de ellas están expuestas a sanciones de EE.UU., según cálculos de Caracas Capital Markets. El Departamento del Tesoro extendió las exenciones en julio para que los proveedores de servicios continúen por tres meses más, un plazo menor a los seis meses que las compañías buscaban.

La mayoría de las otras agencias gubernamentales involucradas en las deliberaciones se opuso a cualquier tipo de extensión, dijo un alto funcionario de la administración el mes pasado, quien agregó que será más difícil obtener otro aplazamiento.

"Casi la mitad de las plataformas están a cargo de los yanquis, y si la ventana se cierra en dos meses, eso realmente perjudicará a Venezuela a menos que entren los rusos y los chinos", dijo Russ Dallen, socio gerente de Caracas Capital Markets con sede en Miami.

Riesgo de salida

Un funcionario del Tesoro de EE.UU. dijo que el departamento generalmente no comenta sobre posibles medidas de sanciones.

Más de 200,000 barriles diarios de producción en cuatro proyectos que mantiene a flote podrían cerrar si no se renuevan las exenciones. La medida sería debilitante para Maduro porque la compañía estadounidense, como socio minoritario, solo obtiene alrededor de 40,000 barriles por día de dicha producción.

La salida de los proveedores de servicios petroleros estadounidenses dañaría otros proyectos en la región del Orinoco, donde los operadores necesitan perforar pozos constantemente solo para evitar que la producción disminuya.

Las sanciones conllevan riesgos geopolíticos para EE.UU. Si Maduro logra aguantar, las empresas estadounidenses perderían un punto de apoyo en Venezuela, lo que entregaría a los competidores rusos como Rosneft Oil Co. la oportunidad de llenar el vacío. Las empresas chinas también podrían beneficiarse. Incluso si las exenciones se extienden, la incertidumbre obstaculiza cualquier planificación o inversión a largo plazo en la nación por parte de las empresas expuestas.

La oficina de Rosneft no respondió llamadas telefónicas ni correos electrónicos en busca de comentarios sobre las operaciones en Venezuela.