Los mercados emergentes se encaminaban hacia el final de uno de los peores trimestres que se recuerdan, con pérdidas de casi US$ 5 billones.
Algunos inversores podrían ver destellos de esperanza en los datos del martes, que señalaban un repunte en la producción de fábrica en China, donde comenzó la pandemia de coronavirus.
El índice MSCI de renta variable de mercados emergentes llegó a subir un 1.7%, el rublo ruso lideró las ganancias entre las monedas y el índice JPMorgan Chase & Co. mostró que la media de primas de los bonos soberanos en dólares se redujo en casi 20 puntos básicos.
Pero todo ello sirve de escaso consuelo después de un período en el que el impacto de la presión del dólar, una caída de los precios de las materias primas y una enorme pero fragmentada respuesta de políticas a la crisis asestaron golpes generalizados a los mercados en general.
“Es poco probable que esta crisis haya terminado mientras pasa de una fase aguda a una crónica”, escribieron analistas de JPMorgan Chase & Co. entre los que se incluían Luis Oganes y Jonny Goulden. “Las muestras del impacto en los mercados emergentes probablemente continuarán y estamos cambiando nuestro enfoque más hacia las vulnerabilidades a mediano plazo, que probablemente se pondrán a prueba en los próximos trimestres”.
La renta variable se encamina a un cierre de trimestre con una caída del 25%, la mayor desde los últimos tres meses de 2008 y el colapso de Lehman Brothers. Los eurobonos de los Gobiernos de los mercados emergentes se han hundido un 12%, la mayor cantidad registrada, y países como Angola, Irak o Ucrania han entrado en territorio de estrés, según datos recabados por Bloomberg.
El peso de México, el rand sudafricano y el real de Brasil cayeron a mínimos históricos durante el trimestre. Y el rublo también coqueteó con ese nivel ante el desplome del petróleo Brent de un 65% a menos de US$ 25 el barril.
Los mercados emergentes escaparon en gran medida de la crisis mundial del 2008 y se recuperaron rápidamente, pero esta vez no serán “tan afortunados” y la financiación quedará sometida a un “estrés significativo”, escribieron analistas de Morgan Stanley en un informe. Esto se debe a que están en una peor situación económica que cuando se produjo la crisis del 2008, con menores reservas de divisas y mayores déficits fiscales en muchos casos, señalaron los analistas.