Los inversionistas con tenencias en bonos corporativos de empresas blue chip los están vendiendo en agosto para comprar otros más nuevos.
Los administradores de dinero parecen haber estado vendiendo bonos corporativos de grado de inversión de Estados Unidos que se emitieron en los últimos seis meses, para comprar bonos ofrecidos en un agosto sorprendentemente activo, según un análisis de Bank of America Corp.
Eso dio como resultado que los bonos no financieros emitidos desde febrero rindieran alrededor de 0.05 puntos porcentuales, peor en promedio que el resto del mercado este mes, escribieron en una nota reciente los estrategas de BofA liderados por Yuri Seliger.
La tendencia puede continuar el próximo mes, cuando se espera que la emisión aumente. Los inversionistas deberían buscar comprar en algún momento las notas que han tenido un rendimiento inferior este mes, porque ofrecen un valor relativo atractivo, señalaron los estrategas.
Las empresas con grado de inversión han vendido alrededor de US$ 109,000 millones en bonos en agosto, en comparación con las estimaciones anteriores de los operadores de alrededor de US$ 80,000 millones.
El próximo mes, las compañías están preparadas para vender otros US$ 150,000 millones en deuda nueva, según los bancos de Wall Street, mientras se apresuran a ingresar al mercado después del feriado del Día del Trabajo en Estados Unidos del 5 de setiembre.
“Los volúmenes de oferta deberían acelerarse nuevamente en setiembre”, escribió Seliger. “Además de eso, los sectores industriales generalmente representan más de la mitad de la emisión del próximo mes. Eso podría conducir a rendimientos aún más bajos de las nuevas emisiones recientes si la tendencia continúa”.
Una incertidumbre potencial para la emisión son las tasas de préstamo. Los rendimientos del Tesoro a 10 años han estado subiendo y el miércoles alcanzaron alrededor del 3.1%, desde un mínimo de agosto del 2.57%.
Si esos niveles siguen aumentando, las empresas podrían dudar en vender deuda. Los operadores observarán de cerca las declaraciones que emitirá el viernes el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en Jackson Hole como una guía sobre cuán agresivas serán las alzas de tasas el resto del año.