Banco Mundial ajusta crecimiento para Perú en 2025 ante inestabilidad e inseguridad
El nivel de impuesto a la riqueza como porcentaje del Producto Bruto Interno (PBI) en América del Norte y Caribe es de 2%, menor a otras regiones, señaló el economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, William Maloney.
En Europa Occidental y Central, la cifra sube a un 4% y en América del Norte es de 12%, mostró su reciente reporte “Impuestos a la riqueza para la equidad y el crecimiento”, presentado este miércoles 9 de octubre.
“Sí hay espacio para ajustar. [En la región] estamos en 2%, en Europa es 4% y, en Estados Unidos, está en 12%. Hay espacio para ajustar y mejorar esa tasa de América Latina”, comentó Maloney.
El economista del BM señaló que el impuesto a la riqueza ha sido un “tema central en los debates políticos” en los últimos años. Y destacó su relevancia porque, aunque se puedan generar ahorros en los gobiernos siendo más eficientes, se seguirá requiriendo de todas maneras financiamiento ante gastos de infraestructura, social, educación, transición hacia la energía verde, entre otros.
Sin embargo, el escenario es complicado porque puede terminar siendo contraproducente para las finanzas del país.
“Los impuestos a la riqueza no están exentos de críticas, ya que requieren de una capacidad administrativa intensiva, disuaden la inversión y, en ciertas circunstancias, llevan a la fuga de capitales y a un bajo nivel de recaudación”, se advirtió en el reporte.
Focalización
En este contexto, Maloney mencionó que un foco interesante para la aplicación del impuesto a la riqueza son las propiedades (bienes inmuebles). Esto por encima de activos financieros, que requieren, por ejemplo, de una alta coordinación para impedir la evasión, incluso en economías avanzadas.
“Los impuestos a la propiedad son mejores porque son visibles. La mayor cantidad de riqueza está en las propiedades. Pero tenemos una paradoja. Es el lugar más lógico para poner un impuesto porque la gente tiene más propiedades [a partir de su riqueza] y es el área que afectaría menos el crecimiento y la productividad, pero no lo hacemos”, apuntó.
Maloney indicó que aplicando un impuesto a la propiedad en los países de América Latina y Caribe se podría subir un 3% más del PBI.
“El patrimonio inmobiliario, en general, contribuye menos al dinamismo económico en términos de promover la innovación, generar sinergias positivas con otros sectores productivos estratégicos o estimular el capital humano. De esta manera, gravar la propiedad tiene el potencial de generar puestos de trabajo y acelerar el crecimiento”, complementó el análisis en el reporte.
En cambio, continúa el análisis del informe, apuntar hacia tasas marginales excesivas en los impuestos a la renta de las sociedades y las personas, así como otros impuestos distorsivos (como los impuestos a los ingresos brutos o transacciones financieras), terminan penalizando a los inversionistas y a los emprendedores, quienes podrían incorporar innovación y puestos de trabajo a la economía.
Bachiller en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), especializado en economía, negocios, mercado laboral, políticas públicas, tributario, procesos concursales.
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