La disminución del precio del cobre está exponiendo riesgos a la trayectoria de crecimiento económico y cuenta corriente del Perú, advirtió Fitch Ratings. La producción de cobre del Perú cayó durante el primer semestre del 2022 en medio de conflictos sociales a pesar de la entrada en funcionamiento de nuevas minas, comentó Kelli Bissett-Tom, directora de calificaciones soberanas para las Américas de la agencia.
“La parálisis y turbulencia política han llevado a la erosión del clima de inversión y atenuado la perspectiva de crecimiento económico más allá de la expectativa de referencia en nuestra revisión de abril del 2022″, señala la analista.
Algunos proyectos de cobre de tamaño mediano están avanzando. Sin embargo, una mayor desaceleración económica mundial sin duda tendría repercusiones negativas en los rendimientos del cobre, cuenta corriente y economía del Perú.
Fitch revisó a la baja su pronóstico de crecimiento del producto bruto interno (PBI) real a 2.3% desde 2.5% para el 2022. El índice de confianza empresarial del Perú (que va de 0 a 100) a tres meses promedió 39 para la primera mitad de este año, muy por debajo del nivel 50 (por encima del cual las empresas planean sus inversiones de expansión). El índice generalmente se mantuvo en un territorio más optimista (50+) durante episodios anteriores de caos político durante el 2016-2020.
El déficit de cuenta corriente se amplió al 5.5% del PBI en la primera mitad del 2022 en medio de la repatriación de ganancias mineras y los altos costos de importación de combustible. Mientras tanto, los precios del cobre han caído. Fitch espera un déficit de cuenta corriente ampliado de 4.7% del PBI en el 2022 y 3.5% del PBI en el 2023, frente al 2.3% del PBI en el 2021.
La última vez que los precios del cobre se desplomaron, el déficit de cuenta corriente del Perú se mantuvo amplio durante varios trimestres a medida que se ajustaban las importaciones. La posición acreedora externa neta del Perú, un gran colchón de liquidez externa y una línea de crédito flexible del FMI, y las grandes entradas netas de inversión extranjera directa siguen siendo fortalezas crediticias.
Para la agencia de calificación crediticia, las tendencias de las finanzas públicas están demostrando ser un contrapeso al crédito. El déficit público se ha reducido aún más desde la revisión, impulsado por los ingresos extraordinarios de cobre y la inversión pública por debajo del presupuesto.
Fitch espera que el déficit público llegue al 2% del PBI, por debajo del límite presupuestario del 2.5% del PBI en el 2022, reduciendo el ratio deuda pública/PBI al 33.9% del PBI a fines del 2022 desde el 35.9% del PBI a fines del 2021 y por debajo de la mediana ‘BBB’ del 55% del PBI para el 2022.
Fitch afirmó las calificaciones de incumplimiento de emisor (IDR) a largo plazo ‘BBB’ de Perú con perspectiva estable en abril del 2022. La deuda pública moderada del Perú, el sólido marco de política macro y el estado de acreedor externo neto siguen siendo fortalezas crediticias.