La estadounidense EnergyX quedó fuera de carrera para explotar los ricos yacimientos de litio en el suroeste de Bolivia por una demora de minutos y su salida ha dejado el camino libre a una sola compañía de Estados Unidos, Lilac Solutions, cuatro chinas y una rusa que pugnan por adjudicarse una las mayores reservas mundiales del mineral.
De acuerdo con un comunicado de EnergyX divulgado por la plataforma de negocios Bnamericas, la firma indica que la descalificación se debió a un retraso de diez minutos en la presentación de su informe final. The Associated Press pidió un comentario a la firma con sede en Texas pero no respondió de momento.
La estatal Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) seleccionó a seis empresas de ocho escogidas inicialmente y dejó fuera a EnergyX y a la argentina Tecpetrol para “realizar pruebas piloto de Extracción Directa de Litio (EDL) con salmueras de los salares bolivianos”, informó hace unos días el ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina.
Entre las seis seleccionadas están Lilac Solutions con sede en California, Catl (Contemporary Amperex Technology) de China —la más grande en términos de fabricación y reciclaje de baterías de litio—; Citic Guoan Group Co.; Fusión Enertech; TBEA Group todas de China y la rusa Uranium One Group vinculada a la gigante Rosatom.
La cartera de Hidrocarburos dijo en un comunicado que las seis “demostraron un rendimiento de recuperación de litio en más de un 80% que era el requisito mínimo en las pruebas con salmueras” de los salares bolivianos.
EnergyX señaló que a pesar de haber sido descartada “honrará la donación de US$ 100,000″ que había prometido para programas de salud de comunidades indígenas donde están los salares.
El gobierno de Luis Arce busca reactivar la estratégica industria del litio tras 14 años de escasos avances que han rezagado a Bolivia frente a sus vecinos Chile y Argentina.
En el 2008 el entonces presidente izquierdista Evo Morales lanzó una estrategia que rechazó exportar la materia prima como ha sido la suerte de la minería en Bolivia desde la colonia y apostó a buscar socios para fabricar baterías en el país.
Desde entonces gobierno invirtió US$ 695 millones en la construcción de plantas pilotos de carbonato de litio y de cloruro de potasio que son vendidas al mercado local como fertilizantes.
Expertos dicen que el nacionalismo y la desconfianza en el país a las inversiones extranjeras han sido un obstáculo.
“El contexto boliviano es una desventaja. Que una empresa se anime a montar una fábrica en el país supone grandes riesgos por el escaso respaldo a las industrias, la falta de talento humano, la frágil institucionalidad, una fuerte intromisión política y cambios en las normas”, opinó el viceministro de Minería y analista en temas mineros Héctor Córdova.