La preferencia por el dinero en efectivo en la región —habitualmente un reflejo de una economía informal— está disminuyendo rápidamente gracias al aumento de las alternativas de pago digitales. Sin embargo, un contexto donde las opciones de pago electrónico ganan terreno globalmente, el efectivo continúa siendo el método predominante en las pequeñas y medianas empresas (PYMES) en Perú. Según un informe reciente elaborado por Ipsos para Prosegur, este tipo de negocios aún priorizan el uso de efectivo en sus transacciones diarias por encima de otras opciones tecnológicas.
“Durante la pandemia, vimos un aumento en el uso de pagos alternativos, pero gran parte del volumen de efectivo regresó después, mientras que otra parte se mantuvo en los métodos alternativos. Esto nos llevó a preguntarnos: ¿cuáles son hoy los usos y preferencias respecto al efectivo? Por ello, decidimos realizar este estudio con Ipsos para entender mejor el panorama actual”, indicó a Gestión Eduardo Dancourt, director general de Prosegur Cash Perú.
Los resultados subrayan que más del 70% de las pymes prefiere el efectivo sobre otros métodos de pago. Además, pese a la penetración de billeteras digitales y pagos móviles, el 60% de los pagos en pequeñas empresas aún se realizan en efectivo.
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Las preferencias de las pymes
La mayoría de las pequeñas empresas no realiza depósitos bancarios con regularidad, prefiriendo mantener el efectivo en sus negocios. Esto contrasta con empresas más grandes, que hacen depósitos con mayor frecuencia. El 60% de las pequeñas empresas prefiere el efectivo para poder dar vuelto, mientras que el 17% lo utiliza para la compra de insumos.
“En sectores como bodegas y tiendas pequeñas, el efectivo sigue siendo el medio preferido por su facilidad para dar vuelto y evitar cargos bancarios. Aunque métodos como las billeteras digitales han ganado espacio, el efectivo conserva una posición predominante. Esto refleja un cambio de dinámica en el mercado, donde los negocios deben encontrar formas de adaptarse y convivir con ambos sistemas de pago”, asevera.
Según el estudio, un 27% de la mediana y gran empresa todavía usa efectivo en las operaciones de su negocio para evitar cargos por las transacciones bancarias. En tanto el 17% de la pequeña empresa considera el uso de este método de pago ante la posibilidad de negociar descuentos.
Sin embargo, aunque el efectivo es ampliamente utilizado, las pequeñas empresas enfrentan preocupaciones significativas relacionadas con la seguridad. Los actos delictivos, como robos durante el traslado o almacenamiento del efectivo, son una de las principales barreras para su uso.
Por otro lado, el informe muestra que, de cada 10 pagos que recibe la mediana empresa, más de la mitad se realiza a través de transferencias bancarias, superando la tendencia que se observa en las compañías más pequeñas, que mantiene la media entre el uso de efectivo, tarjeta de crédito y transferencias.
“El uso de billeteras digitales destaca más en la pequeña empresa que en la mediana. Prácticamente, este tipo de negocios duplica su uso”, apuntó Dancourt.
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Un futuro híbrido
La seguridad y el costo de implementación son las principales barreras para hacer uso de las nuevas tecnologías de pago en los comercios encuestados de pequeñas empresas, pero también se percibe un prejuicio negativo de los clientes a hacer uso de esta modalidad.
“Un 30% de pymes considera que la seguridad y el fraude es su principal barrera para poder adoptar nuevas tecnologías de pago. Con ese mismo porcentaje, le sigue el costo de implementación de estos nuevos métodos, sobre todo para la pequeña empresa. Un 23% señala que se debe a la resistencia de los clientes a usar nuevas tecnologías de pago, mientras que un 10% tiene una barrera de desconocimiento”, apuntó Dancourt.
En cuanto a los cambios en los hábitos de consumo, el representante de Prosegur señaló que sectores como las estaciones de servicio y las empresas de distribución masiva han comenzado a adoptar soluciones híbridas que combinan efectivo y pagos digitales. “La clave para el futuro será la convivencia de ambos métodos y la capacidad de los negocios para conciliar sus ingresos provenientes de diferentes canales”, concluyó.
FICHA TÉCNICA:
El estudio, realizado entre mayo y setiembre de 2024, abarcó a 130 empresas de Lima, Chiclayo, Arequipa, Trujillo, Piura y Cusco.
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