El vino peruano busca competir a claras luces con los vinos internacionales. Pero aquí no solo entran las grandes bodegas sino también las llamadas boutique, aquellas de menor producción y cuyo mercado es básicamente el HORECA y que también buscan conquistar el exterior.
A la fecha, en el país existen 42 bodegas boutique, dice Pedro Cuenca, director de Peruvino y organizador del Salón del Vino Peruano, y su proyección, cautelosa, es que en los próximos cinco años puedan nacer unas cinco o seis nuevas bodegas de este tipo.
“Hablamos de una bodega boutique o de pequeña producción que es muy distinto a la bodega artesanal. Nos referimos principalmente a una bodega familiar, principalmente, y muchas de ellas han hecho esfuerzos por invertir en sistemas y su producción por cada etiqueta o variedad, en promedio, no superan las 1,500 botellas mensuales”, explica el experto.
Frente a ellos están las grandes bodegas, las cuales, por ejemplo, en variedad Malbec pueden producir al mes más de 120 mil litros o hasta 240 mil litros.
Target
¿Qué público es el que apuesta por estos vinos? La poca producción genera que estas marcas no sean masivas y por ende su público es segmentado; son las tiendas especializadas y los hoteles, bares y restaurantes, entre ellos, Astrid y Gastón, Maido y Central, por mencionar algunos, los que impulsan esta oferta. El e-commerce es también otro aliado.
Su precio es otra variable a tener en cuenta. Pedro Cuenca dice que pueden alcanzar los S/ 145, como es el caso de Apu, debido a una producción pequeña, o los de Murga que oscilan entre S/ 100 y S/ 120.
Y es que hacer vino en Perú es caro y si son producciones pequeñas el costo se eleva, dice el también sommelier.
Pero hay otro grueso de estos productores que tienen productos a S/ 60, un precio que Hurtado considera razonable. “Por eso, vinos como Raíces Negras, Pampas de Ica o Blanco Patrimonial son de los más consumidos por la relación calidad-precio”, refiere.
Por ello, tanto el mercado como la demanda vienen creciendo.
Público cautivo
Quienes apuestan por el consumo de estos vinos no son precisamente las personas de poder adquisitivo, ya que muchos de ellos siguen prefiriendo comprar un vino más conocido como el de marcas extranjeras, sino aquellos que pueden pagar pero son aspiracionales, o quienes van adentrándose al mundo de los vinos.
“También hay una demanda fuerte por parte de los turistas. Pero en el caso del público local es un tema de educación, y ya están empezando a entender que es un vino boutique y empiezan a pagar por ello”, sostuvo.
Y un valor agregado de la producción, dice Hurtado, es que muchos de esos vinos son elaborados desde uvas patrimoniales, que son las que se emplean para el pisco.
Apuesta de bodegas
Existen muchas bodegas grandes que también apuestan por ingresar al terreno boutique. Un ejemplo, dice Cuenca, es Tacama que prepara la presentación de una producción de bodega boutique y de alta gama; lo mismo haría Tabernero, y Vista alegre ya lo tiene, mientras que Queirolo tiene dos marcas de vino que solo vende en ciertas tiendas.
“Además los pequeños productores que hacen vino dulce y pisco, se han puesto como reto hacer vino seco boutique para ingresar a este mundo”, agrega.
El tercer paso: el exterior
El siguiente paso de las bodegas boutique es crecer en el exterior. Es la tercera etapa, señala Pedro Cuenca. “La primera fue el desarrollo del mercado local, la segunda el regional y el tercero será ir a otras partes del mundo, incluso ya nos hemos presentado en ferias en Miami para poder ingresar a ese mercado pero hay factores, como las exigencias de ese mercado, en el caso de las etiquetas, que es un gasto adicional y se vuelve una traba para entrar por el gasto que esto representa”, acota Cuenca.
Cabe precisar que Peruvino, organiza el Salón del Vino Peruano - SVP, donde estarán presentes 180 etiquetas peruanas. Este encuentro se realizará del 14 al 16 de julio en el Centro Naval del Perú, ubicado en San Borja.