Más de 6.6 millones de trabajadores solicitaron la semana pasada el subsidio por desempleo en Estados Unidos, sumándose a los casi 10 millones que lo habían hecho en las dos semanas anteriores debido a la crisis por el coronavirus, informó este jueves el Departamento de Trabajo.
La cifra fue levemente menor que los 6.8 millones -un número sin precedentes- de la semana anterior, pero aún así superó las expectativas de los analistas, que habían calculado la pérdida de unos 5.2 millones de puestos de trabajo.
El promedio de solicitudes en las últimas cuatro semanas, que compensa la volatilidad de los datos semanales, subió al nivel sin precedentes de 4.2 millones, y según el informe del gobierno, en la semana que concluyó el 28 de marzo había 7.4 millones de personas recibiendo prestaciones por desempleo, otra cifra sin precedentes en Estados Unidos.
El dato sobre las solicitudes por desempleo no refleja toda la realidad del mercado laboral, ya que los trabajadores independientes y las personas empleadas sin contratos no tienen la capacidad de acceder a estos beneficios.
La semana pasada el Gobierno que preside Donald Trump informó de un salto del índice de desempleo al 4.4% en marzo, respecto al 3.5% de febrero, por el severo impacto económico de la pandemia del COVID-19.
La Oficina de Presupuestos del Congreso, un órgano no partidista, ha apuntado que la tasa de desempleo podría ubicarse en el 12% al final del segundo trimestre del año, y que la economía entrará en recesión.
Para tratar de contrarrestar los efectos de esta pandemia, el Congreso ha aprobado el mayor paquete de estímulo fiscal de la historia, por valor de más de 2 billones de dólares, que incluye la ampliación de la cobertura por desempleo, la transferencia directa de efectivo a los hogares y fondos multimillonarios para subsidiar a las pequeñas y medianas empresas.