Psicóloga y directora de Happy Management Institute.
Sabemos que el 2020 y lo que va del 2021 han sido tiempos difíciles para todos los países del mundo, por ello compartimos un análisis que nos ayudará a comprender cuánto se ha visto afectado el Perú y cómo podemos combatir el estrés en las empresas.
Según el índice de experiencia positiva y negativa 2020 publicado por Gallup*, Perú se encuentra en el tercer puesto después de Irak y Líbano, liderando con ello la lista de países con mayor índice de experiencias negativas. Nuestra vida es una continua sucesión de experiencias que vivimos, compartimos y sentimos, independientemente de que estas sean positivas o negativas.
Como todo, las experiencias negativas son las que nos marcarán más pues nuestro estado natural, en el que somos más felices, es cuando todo va bien.
En la encuesta de Gallup se consideraron cuatro indicadores que contribuyen con el aumento global de las emociones negativas que conllevan al estrés: aumento de hambre global, falta de libertad, aumento de la corrupción, desigualdad de ingresos.
No obstante, no todo es color gris, ya que el índice de experiencias negativas mundialmente ha venido descendiendo en los últimos diez años, teniendo en cuenta que los últimos años previos al 2020 la situación no estuvo muy mal, por lo cual el incremento de este índice para el 2020 sólo pasó de 31% al 32%.
Regresando al tema específico del Perú, la situación puntual de la experiencia de estrés comparando el 2020 con el 2021 tuvo un incremento del 66%, llegando por primera vez a este ranking preocupante junto con otros 21 países a nivel mundial entre los que se encuentran Egipto, Túnez, Congo, Iran, Uganda, Ecuador y Mali.
¿Cómo hablar de felicidad y combatir el estrés?
Los índices de experiencia positiva de Gallup nos sugieren que muchas personas se mantuvieron resilientes durante los días más oscuros del planeta. Para ello sugerimos a los líderes realizar estas preguntas al empezar el día: ¿Te sentiste bien descansando ayer? ¿Fuiste tratado con respeto durante todo el día de ayer? ¿Sonreíste o reíste mucho ayer? ¿Aprendiste o hiciste algo interesante ayer?
Nuevamente, vemos la incidencia de la importancia de gestión emocional cuando seguimos preguntando: ¿Experimentaste los siguientes sentimientos durante gran parte del día de ayer? ¿Qué tal el disfrute? ¿Te sentiste descansado?, ¿Experimentaste placer alguno?, ¿Sonreíste o reíste mucho?, ¿Te sentiste tratado con respeto?
Imagina iniciar una reunión virtual con tu equipo de trabajo y hacer al menos una de estas preguntas, y es que hablar de felicidad seriamente no se trata de “hacer felices” a nuestros colaboradores, sino de recrear espacios de seguridad psicológica y empatía necesarios para combatir el estrés y que ellos puedan expresar sus emociones, además de que como líder puedas aprender a gestionarlas. Como consecuencia, el líder creará ambientes óptimos donde los colaboradores puedan sentirse libres y seguros para dar lo mejor de sí todos los días.
Es importante desarrollar un programa de salud mental en las organizaciones, que incluya la gestión del estrés, un traje a medida pensado en empoderar a los líderes y equipos con base a encontrar el balance vida/trabajo que todos buscamos.