A pesar de la baja base estadística, el PBI de junio solo creció 0.21%, respecto del mismo mes del año pasado (contracción de 0.74%), reportó el INEI. Sectores que venían creciendo, como agropecuario, construcción y minería-hidrocarburos revirtieron su tendencia por diversos motivos. Entre los que crecieron, figuraron pesca, manufactura, administración pública (por supuesto) y, luego de casi tres años en rojo, finanzas y seguros.
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Cuando el clima presenta alteraciones, el agro sufre las consecuencias. A diferencia de las condiciones bastante normales de abril y mayo, las de junio fueron adversas para numerosos cultivos, como papa, por menor disponibilidad de agua; café y aceituna, por lluvias intensas; y algodón, por escasez de lluvia. El subsector pecuario sí creció, pero no lo suficiente para revertir el resultado total. Aunque se ha descartado la presencia del Fenómeno La Niña, las temperaturas inusualmente bajas continuarán este mes.
Luego de dos meses positivos, la construcción volvió a enfriarse en junio, debido a una nueva contracción del componente privado, lo que muestra que la inversión pública por sí sola no alcanza para apuntalar al sector. En tanto, la fuerte caída de la minería metálica (7%) se debió a factores como baja ley de mineral, y suspensión temporal de operaciones por motivos técnicos y conflictos sociales. La pesca anotó su tercer mes consecutivo en azul, lo que repercutió en la manufactura primaria (la no primaria se redujo).
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En cuanto a finanzas y seguros, si bien su alza fue muy modesta (0.05%), ocurrió luego de 33 meses consecutivos en negativo, y se debió al aumento de depósitos, pues los créditos siguieron deprimidos, excepto para vivienda. Ese mayor ahorro se explicaría por las altas tasas de interés y porque el sector privado habría optado por guardar su dinero en lugar de invertirlo, pues la incertidumbre política no menguaba. Como alertamos ayer en esta columna, la población seguirá manifestando su hartazgo con el Ejecutivo y el Congreso, lo que podría agravar los conflictos sociales, que hoy son aislados.
En suma, el PBI de junio fue una vuelta al enfriamiento. Quizás por ello, el ministro de Economía, José Arista, “instó” al BCR reducir su tasa de interés, lo que efectivamente hizo la semana pasada (de 5.75% a 5.5% anual), tras dos meses de pausas –aunque sus efectos sobre la economía no serán inmediatos, ni bastarán para reactivarla–. Con el bajo crecimiento del primer semestre (2.49%), el desempeño del mercado laboral también fue modesto, según informes del BCR y del INEI.