Los bonos de las inmobiliarias chinas fueron golpeados con otra bola de demolición el lunes, ya que parecía que Evergrande iba a incumplir su tercera ronda de pagos de bonos en otras tantas semanas, mientras su rival Modern Land se convertía en la última firma que intenta retrasar los plazos.
Los mercados de bonos chinos de alto rendimiento estaban sufriendo de nuevo, ya que el temor a un contagio de rápida propagación en un sector que asciende a los US$ 5 billones e impulsa una parte considerable de la economía china, seguía devastando la confianza.
Algunos tenedores de bonos en el extranjero de China Evergrande Group no habían recibido el pago de intereses antes de la fecha límite del lunes, hora de Asia, dijeron dos personas conocedoras del asunto.
La firma, otrora el desarrollador inmobiliario más grande de China, tiene más de US$ 300,000 millones en pasivos que ahora están en riesgo.
Otras señales de estrés incluían a un rival menor, Modern Land, que pidió a los inversores que retrasaran en tres meses un pago de bonos por US$ 250 millones que vence el 25 de octubre, en parte “para evitar un potencial incumplimiento del pago”.
El bono de Modern Land para abril del 2023, con un cupón de 9.8%, se desplomó más de 25% en el día, a 32.25 centavos, según el proveedor de datos financieros Duration Finance, mientras que las acciones de la compañía cayeron más de 2%.
Kaisa Group, que fue la primera inmobiliaria china que cayó en ‘default’ en el 2015, también vio cómo algunos de sus bonos declinaban a menos de la mitad de su valor nominal, mientras que los de R&F Properties y Greenland Holdings, que tienen proyectos prestigiosos en ciudades globales como Londres, también fueron ampliamente vendidos.
“Es un día desastroso”, dijo Clarence Tam, de Avenue Asset Management en Hong Kong, destacando cómo incluso algunas empresas supuestamente más seguras con “grado de inversión” habían visto borrarse ahora un 20% de sus bonos.
“Creemos que es impulsado por una salida global de fondos. Nos preocupa sobre todo que la administración de hipotecas a nivel local impacte con dureza en el flujo de caja de los desarrolladores”, agregó, en referencia al temor a que la gente pueda dejar de hacer depósitos para nuevas viviendas.
Analistas de JPMorgan también destacaron cómo los inversores internacionales exigen ahora la prima más alta de la historia para comprar o mantener deuda china calificada como basura. “El riesgo de contagio de Evergrande se está extendiendo ahora a otros emisores y sectores”, dijeron.
Harbin, capital de la provincia nororiental de Heilongjiang, se ha convertido en una de las primeras ciudades chinas que anuncia medidas para apoyar a los promotores inmobiliarios y sus proyectos, que se han visto sacudidos por la crisis de Evergrande.
La atribulada firma y el temor a un contagio enviaron ondas de choque a los mercados globales y la empresa ya ha incumplido pagos de bonos en dólares por un valor combinado de US$ 131 millones y vencieron los días 23 y 29 de setiembre.
Los asesores de los bonistas en el extranjero dijeron el viernes que aún no han tenido noticias de Evergrande y también están exigiendo más información sobre su plan para desinvertir en algunas empresas, preocupados por una posible venta forzosa que, en última instancia, les deje con menos.
La cotización de las acciones de Evergrande, así como de su unidad Evergrande Property Services Group, está detenida desde el 4 de octubre, a la espera de un anuncio de un acuerdo importante.