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El crecimiento económico de China se ralentizó hasta 4.9% anualizado en el tercer trimestre, según datos oficiales, ya que la crisis inmobiliaria afectó al consumo y a la actividad empresarial del país.
La cifra superó las previsiones de los analistas de Bloomberg de un crecimiento de 4.5% en julio-septiembre, pero quedó muy lejos de 6.3% registrado en los tres meses anteriores.
El país se enfrentó a un “entorno internacional grave y complejo y a tareas desafiantes para promover la reforma, el desarrollo y la estabilidad en el interior” durante los tres primeros trimestres del 2023, señaló la Oficina Nacional de Estadística.
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El sector inmobiliario, que desde hace tiempo representa una cuarta parte del Producto Interno Bruto del país, da soporte a miles de empresas y es una importante fuente de empleo.
El sector disfrutó de un crecimiento fulgurante durante décadas pero los recientes problemas de promotores clave, como Evergrande y Country Garden, alimentan la desconfianza de los compradores, mientras las viviendas quedan sin terminar y los precios caen en picada.
Country Garden, una de las mayores empresas inmobiliarias de China y de la que durante mucho tiempo se creyó que gozaba de solidez financiera, dejó de devolver el mes pasado los intereses de un préstamo por valor de 15.4 millones de dólares.
Al grupo se le ha concedido un periodo de gracia de 30 días, que finaliza hoy, y corre el riesgo de impago si no cumple con el reembolso.
En los últimos meses, las autoridades han aumentado los incentivos a la compra de inmuebles para revitalizar el sector, sin embargo, los compradores siguen siendo cautos.
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Los hogares vigilan sus gastos en un contexto de crecimiento lento, lo que a su vez ha afectado al consumo.
No obstante, una semana de vacaciones nacionales en octubre ha contribuido a impulsar el gasto en turismo y otros servicios.
“La economía china ha mostrado signos de estabilización”, expresó Ting Lu, analista de Nomura.