La inversión foránea global ascendió a US$ 165 billones en el 2021, un fuerte ascenso de 77% tras el hundimiento causado por la pandemia en el 2020, y superó los niveles previos a esa crisis sanitaria, indicó la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad).
La inversión en las economías desarrolladas, excepcionalmente baja en el 2020, se disparó un 199% en el 2021, mientras que en las economías en desarrollo y en las menos desarrolladas, donde la recuperación ha estado lastrada por factores como las bajas tasas de vacunación, el incremento fue más modesto, de 30% y 19%, respectivamente.
“Es muy preocupante el estancamiento de nuevas inversiones en sectores clave de los países menos desarrollados, como electricidad, alimentación o salud”, destacó al presentar las cifras la secretaria general de Unctad, Rebeca Grynspan.
Asia fue la región que más inversión extranjera atrajo (US$ 696,000 millones, un 18% más), seguida de América (US$ 531,000 millones, un aumento de 105%) y Europa (US$ 305,000 millones, un fuerte crecimiento de 1,450% explicable por las desinversiones del año anterior).
Estados Unidos atrajo inversiones foráneas por valor de US$ 323,000 millones el pasado año, un aumento de 114% que Unctad atribuye principalmente a fusiones y adquisiciones transfronterizas.
En la Unión Europea (UE) el aumento fue más modesto, de 8% (US$ 165,000 millones), mientras que China atrajo una cifra récord de inversiones de US$ 179,000 millones, una subida interanual de 20%.
También destacaron los flujos de inversión a Brasil, que se duplicaron hasta US$ 58,000 millones, mientras que en la India se redujeron 26%, tras una cifra récord de fusiones y adquisiciones en el 2020.
Para el año 2020, Unctad mantiene perspectivas positivas aunque considera improbable que se repita el “efecto rebote” del 2021.
La agencia considera que los proyectos internacionales de infraestructura serán un factor importante para el mantenimiento de la tendencia ascendente en las inversiones este ejercicio.
Factores como el ritmo de vacunación en países en desarrollo o los problemas en las cadenas globales de suministro, los precios de la energía o la inflación pueden añadir incertidumbre, alertó Unctad.