El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió al Congreso más dinero para poder seguir ayudando a Ucrania de la agresión rusa pero también para garantizar la reposición del arsenal militar estadounidense.
Biden visitó esta tarde en Alabama la planta que fabrica los Javelin, los famosos misiles antiblindados que tanto han ayudado a Ucrania para defenderse de Rusia desde el inicio de la invasión.
Una visita que la Casa Blanca enmarca en el agradecimiento que el presidente quiere mostrar a los ciudadanos estadounidenses por el apoyo económico que el país está dando a Ucrania, pero también para personalizarlo en los trabajadores que fabrican parte de las armas que se están enviando al país.
En su discurso ante los trabajadores de esta fábrica, Biden admitió que la guerra en Ucrania “no será barata” pero insistió en que es “mucho mayor” el coste que supondría “ceder ante la agresión” de Rusia.
Por eso repitió su mensaje al Congreso del país para que apruebe su petición de nuevas dotaciones para la ayuda militar a Ucrania.
“Necesitamos más dinero para asegurarnos de que Estados Unidos sigue enviando armas directamente al frente de la libertad en Ucrania y seguir apoyando económica y humanitariamente al pueblo ucraniano”, dijo el mandatario.
Biden se dirigió directamente a los trabajadores de la planta para agradecerles su contribución en la ayuda a Ucrania.
“Cada trabajador de esta fábrica y cada estadounidense con sus impuestos están contribuyendo directamente a la causa por la libertad”, dijo el presidente desde el podio de este acto, con varios Javelin colocados detrás de él y ante un auditorio entusiasta.
Pese a la puesta en escena, la Casa Blanca no espera que un acto como éste eleve la tensión con Rusia mostrando al presidente junto a algunas de las armas que mejor están funcionando en la respuesta ucraniana a la invasión.
Así lo apuntó la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, a preguntas de los medios durante el viaje, que según indicó tenía como principal finalidad el agradecimiento del presidente al pueblo estadounidense por el apoyo económico que está dando el país.
En su discurso, Biden hizo varios llamamientos al Congreso para que apruebe los paquetes extraordinarios que está pidiendo para ayudar a Ucrania, pero también para garantizar el abastecimiento armamentístico que necesita Estados Unidos, dado que los envíos al país agredido proceden en este momento de las reservas del país.
El pasado 28 de abril, Biden solicitó formalmente al Congreso US$ 33,000 millones en ayuda adicional a Ucrania, de los que más de US$ 20,000 millones irán destinados a asistencia militar para respaldar la lucha de Kiev contra la invasión rusa.
Aunque este mismo lunes los portavoces del Pentágono y la Casa Blanca insistieron en que la ayuda a Ucrania no afecta a la propia capacidad de defensa del país, también reconocieron que se está haciendo una evaluación continua de las reservas cada vez que se hacen envíos a Ucrania.
Este mediodía, en sus declaraciones a los medios desde el avión presidencial, Jen Psaki recordó que queda poco dinero del previsto para los envíos -habló de US$ 250 millones- y por eso se tienen que aprobar las nuevas ayudas.
Pero además señaló que es necesaria financiación no sólo para enviar lo prometido a Ucrania sino también para reponer las necesidades de Estados Unidos.
En esta línea, Biden hizo sus llamamientos al Congreso durante su discurso en Alabama, pero no sólo para los paquetes de emergencia con motivo de la guerra.
Recordó también que hay otras necesidades previas que además son ahora colaterales, como la de la fabricación de chips, y reclamó al Congreso que “actúe rápidamente” y apoye su plan de innovación para impulsar dicha fabricación en el territorio estadounidense.