Un plano cenital nos ubica en un mercado. Desde arriba, las personas parecen hormigas. La cámara baja hasta revelar a la protagonista: una anciana andrajosa que carga sacos de papas para sobrevivir. Haydeé Cáceres interpreta magistralmente a esa mujer encorvada que apenas emite sonidos. La película no tiene diálogos pero sí a Haydeé, quien comunica con su expresivo rostro, un lento andar y el ligero temblor de sus manos. Su actuación, premiada en tres festivales internacionales, enternece y conmueve. Cáceres es el corazón del filme.