Caja Cusco lista para colocar tarjeta de crédito y empieza a emparejarse la cancha con los bancos

“Estamos muy complacidos, es una gran noticia para el sistema porque después de 40 años de experiencia de las cajas, y con una trayectoria sólida e importante en el país como microfinancieras, se ha hecho justicia”, enfatizó Jorge Solís, presidente de la Federación Peruana de Cajas Municipales de Ahorro y Crédito (Fepcmac).

Con la resolución publicada el último viernes, la caja edil será la primera de sus pares en lanzar al mercado una tarjeta de crédito.

El ejecutivo sostuvo que “esta autorización pone la cancha pareja para todas las entidades del sistema financiero, aunque aun hay operaciones que son un privilegio para el sector bancario, quienes tienen el manejo cautivo de estos productos”.

Además, alertó que las microfinancieras toman como discriminatorio que muchas cajas municipales y financieras con un tamaño superior a ciertos bancos no tengan autorización para administrar tarjetas de crédito, ni cuentas corrientes o cheques a la vista.

Pese a ello, esperan que la SBS continúe otorgando esta autorización a las demás entidades a fin de que estas puedan brindar un servicio más integral a sus clientes, acotó.

Anteriormente, Solís proyectó que en los próximos dos o tres años, todas las cajas municipales podrían emitir tarjetas de crédito a sus clientes.

Esto permitirá que las tasas de interés de este producto de financiamiento se reduzcan por la mayor competencia y el abanico de opciones que tendría para elegir, agregó.

La tasa de interés promedio de las tarjetas de crédito que ofrece la banca es de 56.02% a la fecha, de acuerdo con datos de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).

Al cierre del primer semestre, la Comisión de Economía del Congreso aprobó el dictamen para fortalecer el sistema de cajas municipales de ahorro y crédito.

Con ello, se permitiría ampliar las operaciones de las cajas ediles incluyendo la captación de depósitos a la vista, emisión de sobregiros y cheques de gerencia.

Esta propuesta también promovía la administración de tarjetas de crédito, sin embargo, esta capacidad fue eliminada ante el desacuerdo de la SBS, que argumentó el elevado riesgo de gestionar créditos revolventes.