Desde un convoy militar ruso avanzando hacia Kiev hasta los daños provocados por misiles o el movimiento de refugiados: en el conflicto ucraniano, las imágenes satelitales de empresas privadas permiten al público en general acceder a información antes reservada a las agencias de inteligencia.
Estas tecnologías, que pueden atravesar las nubes y operar de noche, pasaron a primer plano, lo que permite interpretaciones casi en tiempo real de lo que ocurre en el campo de batalla.
“Los gobiernos ya no son los únicos que producen datos satelitales de alta precisión”, dijo Craig Nazareth, un exoficial de inteligencia estadounidense devenido en académico de la Universidad de Arizona.
Gracias al gran crecimiento de la industria satelital privada, el volumen de imágenes es mayor y el tiempo de respuesta es más rápido en comparación con conflictos anteriores, como la anexión de Crimea por parte de Rusia en el 2014.
La mayoría de las naciones occidentales tienen sus propios satélites, pero esta información es clasificada, a diferencia de la de las empresas privadas.
Estas imágenes de terceros ayudan a dar credibilidad a las afirmaciones de los gobiernos, incluidos los de Estados Unidos y el Reino Unido, que generaron una mayor desconfianza pública desde la guerra de Irak del 2003.
Los políticos pueden decir: “Mira, no somos nosotros, esto realmente está sucediendo, no lo estamos inventando”, señaló Nazareth.
Más allá de ayudar a dar forma a la narrativa, las imágenes están destinadas principalmente a asistir a las fuerzas ucranianas en el terreno.
“Capella Space está trabajando directamente con los gobiernos de Estados Unidos y Ucrania para proporcionar datos actualizados y asistencia en el conflicto actual”, dijo el jefe de la empresa, Payam Banazadeh.
En cualquier momento
Las imágenes tomadas por esta startup con sede en San Francisco ayudaron a un grupo de investigadores independientes a darse cuenta de que se había lanzado la invasión de Ucrania, hora antes de que el presidente ruso Vladimir Putin anunciara una “operación militar” en la madrugada del 24 de febrero.
Previo a ese discurso, Jeffrey Lewis, del Instituto Middlebury en California, señaló un atasco de tráfico en Google Maps, donde Capella Space había visto un convoy militar. Según él, probablemente eran civiles rusos bloqueados por los controles de carretera establecidos para dejar pasar el convoy.
Si bien la mayoría de los satélites de imágenes requieren luz diurna y cielos despejados, los de Capella Space funcionan en todos los climas, gracias a una tecnología llamada SAR (Synthetic Aperture Radar).
SAR “penetra en las nubes y el humo, incluso en tormentas o incendios muy grandes, por lo que podemos capturar imágenes claras y precisas de la Tierra en casi cualquier condición”, dijo Dan Getman, vicepresidente de productos de la compañía.
La tecnología existe desde mediados del siglo XX, pero se introdujo en el sector privado hace muy poco tiempo.
Otra empresa cuyas imágenes fueron muy utilizadas por los medios de comunicación es BlackSky, que publicó lo que cree que fue uno de los primeros enfrentamientos de la guerra: un ataque a la central térmica de Lugansk poco después de las 16:00, hora local, del 23 de febrero.
En las órbitas tradicionales, de norte a sur, un satélite podría tomar solo dos instantáneas de un lugar determinado por día, pero BlackSky hace volar su hardware en sentido antihorario a la rotación del planeta, lo que les permite volver a visitar áreas con más frecuencia.
Las imágenes se envían a los clientes en 90 minutos y un software que utiliza inteligencia artificial ayuda a interpretarlas.
¿Preocupaciones éticas?
Tal vez la imagen más llamativa del conflicto hasta ahora ha sido una imagen del convoy ruso de 64 kilómetros de largo, capturada por Maxar, “el decano de la industria”, según Chris Quilty, de Quilty Analytics.
A diferencia de los satélites tradicionales que solo apuntan hacia abajo, los de Maxar tienen giroscopios que les permiten girar y apuntar con más precisión.
Planet, que trabaja con gobiernos, organizaciones intergubernamentales y medios de comunicación, publicó imágenes mostrando comparaciones antes/después de los ataques.
“Puentes colapsados. Aviones destruidos. Continuaremos sacando esto a la luz”, tuiteó el jueves el cofundador y director ejecutivo de Planet, Will Marshall.
El gobierno estadounidense es uno de los principales clientes de Maxar y, por eso, decide qué áreas observar, lo cual explica el tiempo dedicado actualmente a Ucrania.
Pero la publicación selectiva de las imágenes tomadas también podría plantear cuestiones éticas.
Maxar y otros “están capturando inevitablemente imágenes de movimientos de tropas ucranianas y posiciones defensivas y esa información no se divulga al público”, dijo Quilty.
Así, según él, “hay sin duda una capacidad de influir en la narrativa, en función de las imágenes disponibles”.