La Cámara baja del Parlamento checo aprobó una declaración en la que reconoce como genocidio la gran hambruna estalinista en Ucrania, cuando formaba parte de la Unión Soviética en los años treinta del siglo XX, en un acto de solidaridad contra la actual invasión rusa.
El pleno reconoce que “la hambruna provocada artificialmente en los años 1932 y 1933 en Ucrania es un delito horroroso de genocidio contra el pueblo ucraniano y contra la humanidad”, según el texto de la declaración.
En esa gran hambruna, conocida en Ucrania como Holodomor, hasta cuatro millones de personas murieron de hambre durante la colectivización forzosa de las granjas y las pequeñas propiedades agrícolas por parte del régimen del dictador soviético Iósif Stalin.
El recuerdo de esa hambruna -causa por las colectivizaciones y la incautación de alimentos a los campesinos- es un motivo de profundo resentimiento en Ucrania hacia Rusia.
La declaración “denuncia con energía estos delitos dirigidos contra el pueblo ucraniano, la represión masiva y la violación de los derechos humanos y las libertades”.
De los 127 legisladores presentes (de un total de 200), 125 apoyaron la declaración y dos se abstuvieron, uno de ellos, el ministro de Desarrollo Regional, el político del progresista Partido Pirata Ivan Bartos, por un error al pulsar el botón durante la votación.
Praga quiere con esta medida “expresar, en el contexto de la actual agresión militar de la Federación Rusa contra Ucrania, su decisión firme de contribuir a impulsar los principios internacionales”.
También “a desenmascarar a quienes perpetran estos delitos, para evitar que en el futuro pueda pasar una tragedia parecida en cualquier lugar del mundo”, indica el último punto de la declaración.
República Checa es uno de los países centroeuropeos que más activamente está apoyando a Ucrania, y ayer fue el primero en enviar tanques y vehículos blindados -material soviético en su inventario- a ese país.