La pandemia está arrastrando este año a decenas de millones de personas hacia el hambre, y el impacto está afectando más a las mujeres. Sin embargo, hasta ahora, los grupos que trabajan en soluciones a la crisis están dejando ese hecho al margen.
Eso es según Care, un grupo de defensa y alivio del hambre que examinó 73 informes globales publicados por financistas y encargados de política monetaria que proponen soluciones al problema del hambre.
De los informes analizados, 34 no hacen ninguna mención sobre las mujeres y ninguno de ellos proporciona datos que muestren la diferencia en las experiencias de las mujeres.
Esto, pese a que mujeres y niñas representan 60% de la población que enfrenta hambre crónica en todo el mundo, señala el informe de Care, que cita datos de las Naciones Unidas. La brecha de género es aún mayor entre las personas más pobres, con menor nivel de educación o desempleadas, indicó el grupo.
“Estamos tratando de crear conciencia sobre el hecho de que esto es realmente una misión fundamental”, dijo Tonya Rawe, directora de Care y autora del informe. “Si queremos evitar lo peor de la crisis del hambre, debemos asegurarnos de que estamos abordando la desigualdad de género”.
El COVID-19 está dejando al descubierto algunas de las desigualdades más profundamente arraigadas en el mundo, como aquellas raciales, socioeconómicas y de género.
Los grupos que siempre han sido marginados están sufriendo un costo desproporcionado a causa de la pandemia, tanto en términos de sus impactos en la salud como de sus consecuencias económicas. En Estados Unidos, ocho de los diez condados con las tasas de inseguridad alimentaria más altas tienen poblaciones al menos 60% afroamericanas, según datos de Feeding America.
A nivel mundial, las mujeres suelen estar encargadas de la compra, el cultivo y la preparación de los alimentos, dijo Rawe. Si la comida escasea, es más probable que sean las mujeres las coman menos o incluso se salten comidas para poder alimentar a su familia.
“No tiene sentido no pensar ni abordar las diferentes formas en que hombres y mujeres, niños y niñas, están experimentando lo que está sucediendo en este momento”, señaló. “No se puede ignorar la mitad de la ecuación y de todas formas obtener el resultado que desea”.