Los anticuerpos contra el virus SARS-CoV-2, causante de la COVID, se mantienen al menos 20 meses después de sufrir la enfermedad, según ha demostrado un estudio hecho con el seguimiento durante 20 meses a 247 sanitarios de Cataluña (norte) que se infectaron de este virus al inicio de la pandemia.
El estudio, que han coliderado el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), el Instituto Catalán de la Salud (ICS), y el IDIAP Jordi Gol (IDIAP JG), con la colaboración de la Fundación Privada Daniel Bravo Andreu (FPDBA), también ha demostrado que la obesidad, la edad y el ser fumador se asocian a una menor respuesta de anticuerpos.
La investigación, cuyos resultados publica este jueves la revista ‘BMC Medicine’, quería conocer cuánto dura la respuesta inmune tras la infección por SARS-CoV-2.
En un estudio reciente con una cohorte de población catalana de entre 40 y 70 años de edad, investigadores del ISGlobal dirigidos por Carlota Dobaño mostraron que una de cada tres personas no vacunadas ya no tenía anticuerpos detectables un año después de la infección.
“Sin embargo, es importante hacer este tipo de estudios en diferentes cohortes. La cohorte de personal sanitario descrita aquí incluye a gente más joven y más expuesta al virus, que padecieron una infección sintomática, y en la que hemos podido tomar muestras regulares a lo largo de casi dos años”, ha explicado Dobaño.
Los investigadores evaluaron la persistencia de anticuerpos de tipo IgM, IgA e IgG dirigidos contra la proteína Spike (S) y Nucleocápside (N) del virus en muestras de 247 personas con infección sintomática y aún no vacunadas tomadas en ocho momentos diferentes entre verano del 2020 y noviembre del 2021.
Los resultados muestran, como era esperado, una caída gradual y considerable en los niveles de anticuerpos, pero más del 90 % de las personas participantes seguía teniendo anticuerpos frente a los cinco antígenos virales analizados en todo momento del estudio.
Incluso en las 23 personas que aún no se habían vacunado en noviembre del 2021, la seropositividad se mantuvo en un 95 %.
Solo se observaron ocho reinfecciones durante el periodo de seguimiento, lo que sugiere que la inmunidad es robusta y duradera incluso frente a las nuevas variantes como alfa y delta.
La investigadora del Instituto Catalán de la Salud en la Cataluña Central, Anna Ruiz-Comellas, ha puntualizado que “el estudio se hizo antes de la llegada de la variante ómicron”.
El análisis de muestras tomadas justo antes del inicio de la vacunación confirma lo observado en estudios previos: la edad y el ser fumador se asocian con menores niveles de anticuerpos, mientras que la hospitalización y ciertos síntomas (fiebre, pérdida de gusto y olfato) se asocian con mayores niveles.
“Esto explicaría también por qué en este estudio estamos viendo una seropositividad tan duradera, ya que todas las infecciones registradas en personal sanitario fueron sintomáticas”, ha subrayado Dobaño.
Los resultados sugieren que mantener niveles detectables de anticuerpos (particularmente IgG anti-Spike) confiere protección contra la reinfección aún en ausencia de vacunación.
Sin embargo, los investigadores advierten de que este estudio se hizo antes de la llegada de ómicron, y que las personas previamente infectadas también se benefician de la vacunación, ya que la inmunidad híbrida es la que mejor protege frente a la infección y la enfermedad.