Más de 1,500 millones de personas en todo el mundo afrontan “importantes desafíos para cultivar alimentos debido a la degradación del suelo” por su elevada salinidad, advirtió la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en la presentación de un mapa mundial que ilustra este fenómeno.
Existen “más de 833 millones de hectáreas de suelos afectados por salinidad, esto es, el 8.7% del planeta”, y aunque la mayoría de ellos se encuentran en entornos “áridos o semiáridos” de forma natural, el mapa “también muestra que entre un 20% y 50% de los suelos irrigados en todos los continentes son demasiado salinos”.
Los suelos afectados por salinidad debido a la acción humana “son menos fértiles y menos productivos”, por lo que plantean “una amenaza para la lucha mundial contra el hambre y la pobreza”, alertó la FAO, con sede en Roma, en un comunicado.
El “Mapa mundial de los suelos afectados por la salinidad”, en el que han participado 118 países, permitirá “determinar dónde se deberían adoptar prácticas de gestión sostenible de los suelos a fin de prevenir la salinización”.
Este proyecto de la FAO es “una herramienta fundamental para detener la salinización e impulsar la productividad”, así como para poder gestionar los suelos que ya están afectados por salinidad.
Entre las causas de la salinidad de los suelos, se encuentran “la mala gestión del ser humano, la utilización excesiva o inadecuada de fertilizantes, la deforestación, el aumento del nivel del mar, una capa freática poco profunda o la intrusión de agua de mar en aguas subterráneas”.
A todo esto, se suma el cambio climático, que “está complicando la situación” y, según el organismo de la ONU, “las tierras áridas del mundo se podrían incrementar en hasta un 23%, sobre todo en países en desarrollo”.
La presentación del mapa tuvo lugar en el marco del Simposio Mundial sobre los Suelos Afectados por Salinidad, una conferencia virtual coordinada por la FAO para “crear conciencia y combatir el problema mediante varios instrumentos”.
El director general de la FAO, Qu Dongyu, señaló durante el acto que se deben buscar “nuevas formas de transformar los sistemas agroalimentarios para que sean más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles”.