Las contribuciones financieras de Estados Unidos a la Organización Mundial de la Salud (OMS) han caído un 25% durante la pandemia de coronavirus, según datos provisionales, y se está revisando el futuro apoyo de Washington a la agencia de Naciones Unidas.
La gran caída de la financiación respecto al bienio anterior se debe a los recortes decididos por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, que revelan por primera vez la magnitud del repliegue de la Administración Trump en lo que al organismo de la ONU respecta.
Los fondos estadounidenses volverán a subir en el próximo presupuesto bienal de la OMS tras las nuevas promesas de diciembre, que incluyen US$ 280 millones de la Administración del presidente Joe Biden. Sin embargo, el Gobierno de Biden también ha planteado dudas sobre el futuro apoyo de Washington a la organización mundial.
La agencia de la ONU contó con US$ 200 millones menos de Estados Unidos en el 2020 y 2021, según datos provisionales de la OMS recogidos en un documento presupuestario analizado por Reuters que aún no se ha hecho público, aunque consiguió recaudar más fondos de otros donantes que permitieron aumentar su presupuesto total.
Washington pagó US$ 672 millones a la OMS para su último presupuesto bienal, por debajo de los US$ 893 millones del 2018-2019, según los datos provisionales.
De este modo, Estados Unidos ha dejado de ser el principal donante de la OMS, y Alemania lo ha sustituido paulatinamente mediante transferencias de más de US$ 1,000 millones en los últimos dos años.
El Departamento de Estado de Estados Unidos no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios. Un portavoz de la OMS no proporcionó inmediatamente un comentario oficial.
La Fundación Bill y Melinda Gates es el tercer mayor donante de la OMS, con US$ 584 millones en el 2020-2021, destinados en gran parte a un programa mundial para erradicar la polio. La fundación no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
De los últimos dos años, los fondos estadounidenses bajaron sobre todo en el 2020 —el último año completo de Trump en la Casa Blanca—, en un contexto de fuerte descenso de las llamadas contribuciones voluntarias.
La financiación se duplicó en el 2021, cuando Biden asumió el cargo, pero el aumento no fue suficiente para restablecer por completo el nivel de financiación estadounidense en comparación con los períodos anteriores.
Trump recortó la financiación y se movilizó para retirar a Estados Unidos de la OMS, acusándola de estar demasiado cerca de China y de haber gestionado mal la primera fase de la pandemia, acusaciones que la OMS ha rechazado.
El Gobierno de Biden devolvió a Washington a la OMS y se comprometió a restablecer la financiación, pero también ha expresado sus dudas sobre la capacidad de la OMS para hacer frente a los nuevos desafíos, incluidos los procedentes de China.
Financiación inflexible
Parte de las contribuciones financieras de Estados Unidos fueron retrasadas por la OMS hasta el próximo año. No obstante, incluso teniendo en cuenta esto, la caída de los fondos estadounidenses siguió siendo de un 20%, según los datos de la OMS.
Alrededor de un tercio de los fondos estadounidenses correspondieron a las cuotas obligatorias de los miembros, que se mantuvieron estables en comparación con años anteriores, en torno a los US$ 230 millones por bienio.
La OMS considera que esta es la mejor financiación porque permite una mayor flexibilidad en el gasto y permite a la agencia canalizar el dinero hacia donde más se necesita.
No obstante, la mayor parte de la financiación se destinó a áreas seleccionadas por el Gobierno de Estados Unidos.
Esta evolución forma parte de una tendencia generalizada, ya que la OMS ha recibido en total algo menos del 20% de su financiación en los últimos años de estas contribuciones obligatorias sin condiciones.
El documento de la OMS mostraba que una de las áreas infrafinanciadas a fecha de 21 de diciembre era la preparación de los países para las emergencias sanitarias, como la actual pandemia, que solo está cubierta en un 73%.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, reiteró el martes que la actual estructura de financiación es restrictiva.
“El problema sigue siendo que todo lo que hemos hecho es principalmente (con) un presupuesto asignado, por lo que no es realmente lo suficientemente flexible”, dijo al Consejo Ejecutivo de la OMS durante un debate público, afirmando que el actual modelo de financiación era insostenible.
Estados Unidos se opone a un plan para aumentar las cuotas obligatorias, o contribuciones asignadas, al 50% del presupuesto de la OMS en los próximos años.