Tomar la decisión de empezar un negocio es complicado, pero el camino parece ser más sencillo si un amigo, familia o la pareja está incluido como socio en este proyecto. ¿Es una buena idea? Expertos opinan sobre este vínculo personal que pasa al ámbito laboral y brindan recomendaciones.
Cuando uno emprende espera hacerlo con alguien en el que pueda confiar, sin embargo, pese a que la confianza es indispensable en cualquier vínculo, es importante tener en cuenta más factores. Hans Goecke, asesor en emprendimientos e inversionista ángel, rescata lo siguiente:
“Es importante revisar la disponibilidad de la persona con la que se vaya a realizar un negocio, debe tener posibilidad de aportar con capital económico. Sucede también que uno de los socios no está tan comprometido como el otro, o tiene muchas responsabilidades como la familia, o problemas económicos”, advierte.
Además de ello, Bartolomé Ríos, chair de Vistage Perú, resalta que debe tenerse en cuenta tres dimensiones antes de emprender: el dinero, el poder y el protagonismo. “La forma en que cada persona prioriza cada dimensión suele ser distinta; por lo tanto, un desalineamiento entre ellas será una fuente de riesgo tanto para la amistad como para los negocios”, sostiene.
LEA TAMBIÉN: Cinco habilidades que se miran en los procesos de selección para puestos ejecutivos
Los vínculos laborales, a partir de amistades, ¿perduran con el tiempo?
En ciertos casos funcionan. Victor Mendoza considera que “el 10% de los casos perdura con el tiempo, siendo muy generosos”, debido a que se requieren comportamientos que se complementen y, sobre todo, que exista un compromiso y respeto.
Sin embargo, agrega que hay parejas que tienen negocios y tienen excelentes resultados porque un negocio también puede impulsar las relaciones, pero se requiere un alto nivel de madurez.
Por su parte, Hans Goecke menciona que “si el vínculo perdura con el tiempo, hay resultados positivos porque la amistad crecerá basándose en el compromiso y las ganancias son más tangibles. Habrá algo más que un objetivo financiero porque ambos socios desean que les vaya bien. Reconforta tener una amistad que se fortalece mucho más”.
Por ello, los expertos brindan las siguientes recomendaciones:
- Determinar las funciones: puede ser tedioso, pero es necesario establecer qué cargos y funciones va a desarrollar cada socio para evitar la repetición o comparación en las actividades. Es necesario que lo redacten en documentos, para que perdure y no haya confusiones.
- Acuerdos: se deben establecer horarios y días determinados para las reuniones y conversar sobre los problemas que existan en el negocio, proponer diferentes soluciones y ser sinceros en cuanto a las finanzas. Si uno de los socios no está enterado sobre alguno de estos temas, puede generarse un conflicto con el tiempo.
- Proyectos a largo plazo: se debe conversar sobre el rumbo del negocio y trazarse metas en conjunto para tener un objetivo en claro. De esta manera, los socios sabrán en qué se invertirán las ganancias y no se realizarán adquisiciones fuera de lo proyectado.
Ríos advierte que “si los futuros socios no cuentan con habilidades como la escucha, la empatía, la tolerancia, el liderazgo humilde, una actitud meritocracia y la voluntad de trabajo en equipo, entre otras; la amistad y el capital penderán de un hilo”.
LEA TAMBIÉN: Selección de Personal: IA y pruebas psicolaborales cambian la dinámica de contratación
¿Qué hacer si el vínculo no funciona y los socios quieren separarse?
Cuando un vínculo laboral entre amigos no funciona, “el negocio no se vuelve más rentable, se pierde dinero, oportunidades, no se puede tomar decisiones, no se obtiene la información que se requiere y, sobre todo, se resquebraja la amistad”, resalta Víctor Mendoza.
Por ello, Goecke aconseja que, desde el inicio, los roles deben estar bien estipulados al unirse en un negocio con un amigo y se deben establecer ciertos hitos para saber si las actividades se están cumpliendo e identificar las falencias de manera anticipada.
Patricia Chavez, abogada empresarial y especialista en Derecho Tributario, explica que, para iniciar con este vínculo, se debe realizar un contrato madre y un pacto social, que es un acuerdo entre los amigos que van a pasar a ser socios. En este documento, se establecerán los derechos y obligaciones de cada uno, objeto del negocio que se ha creado.
Además, menciona que existe un marco normativo de simple comprensión para manejar la actividad económica. Lo recomendable es el cumplimiento y sometimiento a todas las normas, tanto societarias, comerciales, bancarias, tributarias, laborales, etc.
En el caso de que ambas partes quieran dividirse, “en el pacto social hay cláusulas para resolver la decisión de ambas partes. Si no se han estipulado, existe la Ley general de sociedades en donde se mencionan las medidas de protección como socio”.
Finalmente, si los socios deciden dividirse las acciones de la empresa, Víctor Mendoza recomienda considerar el porcentaje de participación de los miembros, repartirse el monto que les correspondería y que uno de ellos se quede con el negocio, pero se establezcan contratos de cada decisión.
La otra opción es analizar el valor de los activos, repartirse entre ambos, negociar y llegar a buenos términos. Si se puede, rescatar la amistad.
Periodista. Bachiller en la Universidad San Martín de Porres con experiencia en medios digitales. Actualmente, me desempeño como Redactora Web en Gestión con gran interés en temas económicos y las finanzas.
Comienza a destacar en el mundo empresarial recibiendo las noticias más exclusivas del día en tu bandeja Aquí. Si aún no tienes una cuenta, Regístrate gratis y sé parte de nuestra comunidad.