(G de Gestión) La reciente compra de Loginsa y la fusión con Transportes Centroamericanos del Futuro (TCF) por parte del operador logístico 3PL Ransa no serán las últimas M&A que realice la compañía peruana. De aquí al 2027, busca aumentar su participación en Colombia y en los países centroamericanos en los que ya opera (como Panamá), así como entrar a nuevos mercados (entre ellos, República Dominicana) con los negocios de almacenaje, distribución y transporte.
El plan para los próximos tres años es que las ventas pasen de los US$ 550 millones que se proyectan para el cierre del 2024 a US$ 700 millones. “El crecimiento va a ser orgánico e inorgánico”, afirma Paolo Sacchi, CEO de Grupo Ransa —que desde el 2021 es parte de la firma internacional H.I.G. Capital, que tiene US$ 60.000 millones de activos bajo administración—. Y aclara: “En adelante, la estrategia va más por adquisiciones que por fusiones”. Así, la meta es avanzar un 10% todos los años.
El ejecutivo revela que ya se tiene en la mira la compra de algunas empresas colombianas y centroamericanas. Considera que en dichos mercados hay oportunidades en el servicio de logística de frío. Ransa también llevará algunos de los negocios que ya opera en ciertas geografías a otras donde aún no participa con estos. Por ejemplo, tras la adquisición de Loginsa en Chile, incorpora los de farma y última milla.
El operador logístico también invertirá en centros de distribución en la región. Ya cuenta con uno en El Salvador, otro en Honduras y dos en Colombia (Medellín) para productos fríos y secos. Este año buscará tener más en otras ciudades colombianas y centroamericanas, de la mano de las necesidades de sus clientes. Así, Ransa sumará alrededor de 20,000 posiciones al cierre del 2024.
La firma, fundada hace 85 años, está presente en 12 países (Perú, Chile, Bolivia, Ecuador, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Panamá y México) y llega a más de 3,100 clientes. Además, supera los 4.2 millones de metros cuadrados en infraestructura, las 452,000 posiciones para productos secos y las 52,500 en frío. Entre los sectores económicos en los que se especializa se encuentran los de graneles y fertilizantes, minería, gas y petróleo agroindustrial (packing), consumo masivo, retail, farma, certificados de depósito para financiación y el automotriz.
Sacchi indica que la fusión con TCF, que se dio hacia mediados del 2023, aún no ha culminado, y calcula que el proceso demorará un año más. “Nos gusta crecer, pero nos tenemos que consolidar para que esto sea rentable”, precisa. Ello se consigue, explica, con know-how y un ecosistema que soporte el incremento de la empresa, con el fin de ofrecer una propuesta de valor ágil y adaptable a las necesidades de las personas. “El objetivo es integrarnos y dar la mayor cantidad de servicios a los clientes en los diferentes países en que operamos. Queremos conectar a toda la costa del Pacífico con un servicio integrado, desde el agenciamiento aduanero hasta la entrega directa. Por eso, nuestro eslogan es ‘Conectando oportunidades’. No hay otra compañía que esté en todos los países en que estamos nosotros”, menciona el CEO.
En los últimos tres años, Ransa ha invertido alrededor de US$ 46 millones: entre US$ 1 millón y US$ 2 millones en tecnología y aproximadamente US$ 44 millones en expansión en los distintos países en que opera. “Queremos digitalizar todas las operaciones para que los clientes puedan ver desde su celular dónde está un camión, qué inventario tienen o a qué hora va a llegar el producto”, sostiene Sacchi. Hoy, Ransa ha digitalizado el 30% del negocio y apunta a conseguir un 70% en 18 meses. Si bien la compañía aún no ha utilizado la inteligencia artificial como un punto neurálgico de su desarrollo, el ejecutivo cree que lo hará en los próximos años.
Planes en el Perú
Sacchi destaca que Ransa ya ha alcanzado un “tamaño importante” en el país, donde operan unos cinco jugadores relevantes. “Si se presentase alguna oportunidad [de compra o de fusión], la evaluaríamos, pero nos sentimos cómodos con el crecimiento que estamos teniendo”. La empresa acaba de construir un almacén de 20,000 metros cuadrados en el Callao y ha incrementado su capacidad de almacenaje en casi 30%.
No se descarta, sin embargo, un mayor crecimiento en el negocio de frío para el sector agrario. La rentabilidad de Torre Blanca, la compañía de procesamiento y comercialización de frutas y hortalizas (65,000 toneladas), ha sido inferior a la esperada por el menor volumen exportable, principalmente de arándanos y mandarinas. “Estamos incorporando nuevos procesos para certificaciones internacionales para exportar a Asia; por ejemplo, a Corea”, cuenta Sacchi.
El mercado peruano representa el 40% de las ventas. Los principales países donde opera el grupo logístico, fuera del Perú, son Colombia, El Salvador y Chile. Brasil y Estados Unidos no están en los planes de Ransa de momento, pues aún tiene mucho para explorar en México, donde hay espacio para expandirse también en el negocio de frío.
En cuanto al megapuerto de Chancay, el ejecutivo ve su desarrollo con buenos ojos, y asevera que Ransa tendrá allí “alguna participación en temas extraportuarios siempre y cuando sea viable [...]. Hay que ver cómo va a operar”, puntualiza. Piensa que el movimiento de contenedores puede crecer en los puertos de Salaverry (Trujillo), si aumentan las frecuencias navieras, y Matarani (Arequipa), si se concreta el proyecto Majes-Siguas II.
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“La última milla no es rentable en el Perú”
El operador logístico chileno Loginsa, que Grupo Ransa acaba de comprar, tiene una cartera de 150 clientes y 12 centros de distribución. “Llegamos a un muy buen acuerdo de adquisición”, resalta Paolo Sacchi, CEO del conglomerado, sin revelar el monto de la transacción.
¿Qué factores se consideraron para la compra de Loginsa en Chile?
El desarrollo del país, los sectores en los que está la compañía para la incorporación de esos negocios a otras geografías y llevar clientes que tenemos en el Perú con operaciones en Chile.
Uno de esos negocios es el de última milla. ¿Les interesa desarrollarlo en el Perú?
No, porque aquí no es rentable. En Chile hay una escala que funciona muy bien. El modelo más beneficioso es el B2B2C. Para hacer B2C, mejor tercerizamos y utilizamos el servicio de, por ejemplo, Rappi. El negocio de última milla que va al consumidor final es, además, más informal [en el Perú], con un montón de motocicletas dando vueltas. Tanto así que Amazon tiene su propia flota de camiones.
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¿Cuál es su participación en última milla en el Perú?
Es muy chica: PedidosYa, Majorel, Teleperformance y JOKR.
¿Se mantendrán?
Sí.
¿Cómo les impacta la presencia de Amazon?
El impacto no es mayor, porque nuestros clientes son industriales, a no ser que Amazon se instale en algunos países con almacenes. Ahí sí sería competencia, pero no sé si tiene la escala suficiente para hacerlo en el Perú.
Hoy, Amazon ya hace algunos despachos directos en nuestro país. Va a terminar entrando, pero no sé si con almacenes.
¿Qué oportunidades de eficiencia han encontrado al expandir su operación a nivel regional?
Hemos podido negociar el costo del petróleo por la escala que tenemos en diferentes mercados. También hemos hecho algunos ajustes en los equipos de colaboradores por el uso de la tecnología en los almacenes. Los principales costos que tenemos son de personal, alquileres, combustible y flete.
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Coordinadora en la revista G de Gestión e integrante del podcast de economía y negocios 'Actualidad Latinoamericana'. Escribo sobre management, agricultura, tecnología y emprendimientos. Bachiller en Periodismo por la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Activa participante de los cursos del Centro Knight para el Periodismo en las Américas.
Es editora de la revista G de Gestión. Estudió Ciencias y Artes de la Comunicación y tiene una maestría en Periodismo y Globalización. Cuenta con más de 10 años de experiencia en la profesión. Fue becaria Dag Hammarskjöld (Naciones Unidas) y Transparency Fellow (Transparencia Internacional).
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