A poco más de un año de desatadas las crisis sanitarias en el país, algunas marcas gastronómicas pequeñas y grandes vuelven a tomar impulso, pese a que la pandemia aun continúa mellando las operaciones y la recuperación total de este sector.
Un claro ejemplo de ello es Marabunta, el restaurante especialista en brasas y anticuchos –que nació en Chorrillos y se vio obligado a cerrar uno de sus tres locales (Miraflores) en el 2020. Peró hoy retoma su expansión y alista nuevamente un tercer local, pero esta vez en la cuadra 7 de la avenida Villarán, en Surquillo.
“Estamos en la fase de acabados, por lo que estimamos inaugurarlo la primera semana de mayo. En una primera etapa solo atenderá vía recojo y delivery, y en la segunda fase (en el 2022) se habilitaría el salón, aunque dependerá del control del COVID-19. A la fecha, solo nuestro salón de Jesús María está habilitado para atender en salón”, detalla Julio Miranda, gerente de Operaciones de Marabunta.
En este mismo espacio de 100 metros cuadrados también desarrollan el centro de producción de la cadena, ya que el objetivo es estandarizar sus procesos y productos, a fin de poder seguir expandiendo el concepto y apostar por un mayor crecimiento vía franquicia.
“Este nuevo punto de despacho es bastante neurálgico, porque está en el centro de la ciudad y en una zona bastante competitiva que nos permitirá atender la demanda de los comensales de Miraflores, Surquillo, Surco y San Borja; así como consolidar la cadena”, asegura.
Revela que el plan es sumar un cuarto local más a fines de este año y luego inaugurar a razón de dos cada 12 meses hasta llegar a un total de 10 puntos de venta propios hacia el 2024; mientras que, en paralelo también buscarán franquiciados.
Igualmente, para fines del presente ejercicio también esperan contar con un primer restaurante bajo el formato de franquicia. “La idea no es solo buscar gente que conozca el rubro, sino darle la oportunidad a maestros parrilleros o braseros a que puedan asociarse con nosotros y tener su propio emprendimiento”, explica.
Otros negocios
Miranda cuenta que en Marabunta, que ya tiene seis años en el mercado, tuvieron que ingeniárselas durante los casi dos meses del 2020 que el negocio estuvo paralizado para seguir generando ingresos y cumplir con sus colaboradores y acreedores; es así que desarrollaron la línea de “Los aderezados”, productos refrigerados y empacados al vacío para preparar en casa.
“Este desarrollo fue como un bálsamo porque hizo que la marca fuera conocida en distritos donde no teníamos llegada como Surco, San Miguel, Surquillo, La Molina, entre otros, y permitió que el negocio continuara hasta que se dio luz verde a la venta por delivery”, recuerda.
La acogida fue tal, señala, que este ha pasado a ser un canal más de venta, que ya representa el 10% de los ingresos de la compañía; mientras que el 90% restante está dividido entre su oferta de pollos a la leña (55%) y anticuchos (35%), entre otros.
“Hasta antes de la pandemia, los anticuchos y sus acompañamientos eran el 70% de nuestras ventas, pero después tuvimos que reformular la oferta ya que la gente empezó a buscar productos más contundentes y democráticos como el pollo a la leña”, enfatiza.
De otro lado, adelanta que están trabajando en los últimos detalles de su página web y para implementar su propio e-commerce, a fin de canalizar las ventas de estos negocios que, por ahora, se concretan por la central telefónica, a través de apps de terceros y por sus redes sociales, indica.
Finalmente, sostiene que todos estos esfuerzos poco a poco los harán acortar la brecha y llegar al volumen de ventas alcanzado en el 2019.