La caída de ventas en la campaña de Navidad hacía predecir un mal inicio de año. Luego, la segunda ola del COVID-19 hizo retroceder lo avanzado por retailers como Bruno Ferrini, cuenta María Pía Tola, su gerente general.
Hoy, solo con sus tiendas físicas del norte y sur del país abiertas y las nuevas reglas de juego, confiesa a Gestión que es difícil hacer proyecciones porque no sabe si el confinamiento se prolongará más allá del 15 de febrero próximo.
¿Cómo cambia esta nueva cuarentena la situación para Bruno Ferrini, tras el cierre de gran parte de sus tiendas?
El año pasado pese a la crisis nos propusimos tener todas nuestras 24 tiendas físicas (20 Bruno Ferrini y 4 Florsheim) abiertas, con la convicción de que este año sería mejor, pero otra vez nos vuelven a cerrar, aun cuando cumplimos a cabalidad con todos los protocolos de bioseguridad y hasta más.
Respetamos la ley y comprendemos la situación, pero no entendemos cuál es el sentido de la cuarentena si todos pueden salir, y por qué solo se decide cerrar a los locales formales, como si eso fuera a solucionar el problema de la pandemia.
Así es difícil proyectarnos y tomar decisiones porque no sabemos si esta cuarentena se extenderá, hay mucha incertidumbre.
¿Considera que no es una medida correcta y más bien desigual?
Sí, completamente. El virus no está en los centros comerciales formales, está en los paraderos, en los mercados, en el transporte público donde no se respeta la distancia, no se usa mascarilla ni protector facial; pero a los formales nos obligan a cerrar, después de todo lo que hemos invertido en equipos de bioseguridad.
¿Qué impacto tendrá en la cadena?
El 2020 cerramos con una venta de 60% respecto al 2019 y este año, considerando la llegada de la vacuna para el primer semestre, pensábamos vender el 80% de lo alcanzado en el 2019. Diciembre, incluso, fue un mal mes con la inmovilización de los vehículos privados los domingos, ahí las ventas cayeron al 55%, pero ahora con este nuevo cierre la situación se torna complicada, tenemos que seguir pagando alquileres altos en relación a la venta.
Dentro del retail de moda una de las categorías más golpeadas es el calzado, porque comprar zapatos no es algo que la gente necesite hacer en este momento. No tener un horizonte claro ante las malas decisiones del Gobierno nos obliga a empezar a tomar decisiones un poco más drásticas.
¿Qué significa tomar decisiones drásticas?
Esto quiere decir que vamos a empezar a evaluar tienda por tienda, y si justifica tener todas abiertas una vez terminada la cuarentena. Es decir, si es que realmente vamos a poder resistir con todas o tendremos que cerrar algunas. Todo va a depender de cómo el Gobierno maneje la situación y hasta ahora lo va haciendo mal.
¿Enero también es un mes de liquidación y de bajos márgenes?
Sí, claro, desde el año pasado en realidad venimos con márgenes de rentabilidad bajos con los remates de verano 2020, porque la cuarentena nos agarró el 16 de marzo pasado. En enero también comenzaron las ofertas para acelerar la venta que se quedó de diciembre y después los remates de la colección de verano se darían entre marzo y abril. No obstante, hemos tenido que adelantarnos y ya estamos con descuentos del 50%, sino qué hacemos con la mercadería. Esta cuarentena nos retrasa todo.
¿Cuántas tiendas en provincia mantienen operativas y qué tanto pueden sopesar la operación?
Tenemos abiertas las tiendas de Arequipa, Cusco, Trujillo, Chiclayo y Piura operando con un aforo de 40% y con horario reducido por el toque de queda. Pero, con estos cinco locales no cubro ni siquiera los sueldos por día de las 10 a 15 personas que allí trabajan. La venta que generan las tiendas en las condiciones actuales no justifica el pago de mercadería, alquiler, sueldos y los gastos que conlleva su operación en sí.
Entonces, están prácticamente trabajando a pérdida.
Sí, definitivamente. Nosotros venimos apostando por el país, pero lamentablemente las medidas que está tomando el Gobierno van en contra de los formales, y el sector retail ya está muy golpeado, casi agonizando.
El retail está al mismo nivel que el sector gastronómico y turismo.
Sí, y muchas empresas de estos sectores no van a resistir. Ya hay muchas tiendas que no han superado la crisis y que han dejado de operar en centros comerciales y que ahora, probablemente, seguirán cerrando.
Y el e-commerce, ¿cuánto ayuda?
Este puede llegar a representar entre el 12% y 15% de las ventas considerando todas las tiendas abiertas, pero eso no paga las cuentas, las cuentas las pagan la suma de la venta de las 24 tiendas más el canal online. No puedo mantener una estructura de 25 tiendas en base a seis tiendas (las cinco de provincias y el e-commerce).
¿Han tomado ciertas acciones como mover mercadería de Lima para llevarla a las provincias donde están operando?
No, porque en los locales de Cusco y Arequipa, si bien venden algo de verano, es más fuerte la colección de invierno, y en el caso del norte ya los almacenes estaban cargados con suficiente mercadería para un mes; además como la venta de diciembre y enero fue baja no había necesidad de llevar más mercadería.
¿La fábrica también ha cerrado?
Esta sigue operando desde fines de octubre del 2020, dado que se reactivaron los pedidos de exportación de uno de nuestros clientes de Estados Unidos y de provincias. Pero, de qué nos vale tener la fábrica operativa sino tenemos a quién venderle porque el canal de venta formal está cerrado.
¿Desde el año pasado también apostaron por introducir ropa a través de su canal online?
Sí, este es un proyecto interesante que ha funcionado bien, pero por ahora necesitamos enfocarnos en el tema de calzado que es el ‘core’ de la marca y en las tiendas físicas. En este momento no nos podemos distraer.
¿Y ya han tenido conversaciones con los ‘malls’ para negociar las rentas?
Todavía no nos hemos reunido, pero esta semana definitivamente lo haremos para ver qué medidas se toman y qué ajustes se hacen para este mes.