El lujo de pensar en la era de la Inteligencia Artificial

“Todo es para ayer”, dice el jefe luego de “alinear” a su equipo. Una máxima que se replica en todos los niveles de una organización. Nos alineamos, corremos, ejecutamos, vamos por el objetivo, usamos la inteligencia artificial para resolver nuestros retos más rápido. Pero, ¿en qué momento pensamos?

Por paradójico que resulte, tal vez podamos aprender de la inteligencia artificial que, en uno de sus pasos más importantes para la evolución de sus modelos, tuvo que aprender a “pensar” un poco más antes de generar mejores respuestas.

En septiembre de 2024, OpenAI lanzó su serie de modelos o1 con una diferencia. Se daban tiempo para “pensar”. Usando una técnica llamada Chain of Thought, el modelo descompone problemas en pasos lógicos antes de responder. En la Olimpiada Internacional de Matemáticas, GPT-4o resolvía el 13% de los problemas mientras que o1 alcanzó el 83%.

¿No es esto exactamente lo que estamos perdiendo como humanos?

Recuerda los proyectos más importantes de tu carrera. Necesitaron tiempo para madurar.

Podemos reucurrir a la neurociencia para encontrar una explicación. Resulta que nuestro cerebro no genera las mejores ideas cuando está hiperconectado. Las produce cuando le damos espacio y activamos la Red Neuronal por Defecto. Es el “efecto de incubación”: el cerebro sigue trabajando en segundo plano, explorando caminos alternativos. Un principio parecido que OpenAI descubrió para sus modelos de inteligencia artificial generativa.

Si las máquinas necesitan tiempo para pensar mejor, ¿por qué nosotros creemos que podemos prescindir de ese tiempo?

En una cultura que glorifica la inmediatez, tomarse tiempo para pensar se ha convertido en un lujo que creemos no podemos permitirnos. Hemos confundido estar ocupados con ser productivos. Y en ese proceso, hemos perdido aquello que nos hace humanos: el espacio para pensar.

Victor Lozano Urbano
Director de Innovación en Verne Comunicación e Innovación