La turbulencia por la que atraviesan los mercados puede significar el momento de recoger ganancias para unos inversionistas o de reacomodar portafolios para otros, frente a lo cual algunos aplican ciertos consejos que, siendo simples, continúan dando resultados.
Hay una fórmula en la que si el inversionista tiene 70 años, por ejemplo, debería tener esa misma proporción de su portafolio en renta fija (70% en bonos) y el 30% restante en renta variables (acciones), dijo Bruno Ghio, CEO de Allié Family Office.
Así, en general, si una persona tiene “n” número de años (Por ejemplo, 40 años), entonces le convendría invertir el n% en bonos y el saldo, en acciones. En este caso, a la persona de 40 años le favorecería destinar el 40% de sus fondos por invertir en bonos y el 60% restante en acciones.
Esta regla se plantea así porque contempla que, cuanto menos años tenga el inversionista, puede asumir mayor riesgo en acciones y destinar una participación minoritaria a bonos.
“Se debe conservar un balance, no dejar de tener acciones aunque estén muy volátiles, ponerle algunos activos que sumen en esta coyuntura y esperar el rebote; empero, lo que no se puede hacer es salir de estos papeles porque el universo no es tan grande como para reemplazarlas”, refirió Ghio.
Es una regla de oro que tiene sentido, se usa mucho y la mayoría de las veces funciona, agregó.
Según Paul Rebolledo, CEO de Tandem Finance, esta norma es una aproximación a la distribución óptima qué se puede tener en distintos tipos de activos, sin embargo, también va a depender de otros aspectos como el nivel de riqueza del partícipe.
Puede ser una persona mayor en edad pero acompañada de un nivel elevado de riqueza, lo cual le permitiría tomar un poco más de riesgo que otros clientes con edades similares, comentó.
Además de la edad del inversionista, Rebolledo sostuvo que el usuario se debe centrar en sus objetivos y el horizonte temporal de su apuesta para definir una catera de inversión.
De acuerdo con Ghio, los peruanos tienen, en promedio, 30% o 40% de acciones en su portafolio y quien prefiere conservar acciones por un periodo más largo posee más del 60%, precisó.
Los especialistas coinciden en que si bien es una referencia que sirve de guía para ciertos inversionistas en la elaboración de su portafolio, es necesario rebalancear la participación de sus instrumentos en determinados momentos del ciclo económico.
Así, Ghio recomendó no tener menos de un 20% de acciones en el largo plazo para que la cartera tenga sentido y permita defenderse contra la inflación, pues en el corto plazo habrá volatilidad.