Tony Hsieh. (Foto: Bloomberg)
Tony Hsieh. (Foto: Bloomberg)

Un joven emprendedor construyó la “empresa más feliz del mundo”: una tienda minorista de zapatos en línea tan rentable que Amazon la compró en 2009 por más de US$1,000 millones.

Según la , años después, el fundador de la compañía planteó una pregunta: ¿qué pasaría si las ganancias y la felicidad del negocio fueron impulsadas por una reinvención radical del lugar de trabajo? Sin jefes, sin títulos, solo creatividad, igualdad y pura alegría.

¿Era una utopía? Tal vez. Pero esa fue la idea de Tony Hsieh, un visionario que murió de manera trágica en 2020, pero que años antes eliminó las jerarquías en su empresa de calzado con sede en Las Vegas e intentó reinventar la idea de “compañía feliz”.

Matthew Syed, escritor y presentador de la BBC, contó la historia de este empresario para el programa Business Daily, del Servicio Mundial de la BBC.

Quién fue Tony Hsieh

El sueño de infancia de Hsieh era simple: ser rico.

Nació en Illinois, EE.UU., en 1973, en una familia de inmigrantes taiwaneses.

Sus padres le inculcaron valores en torno al esfuerzo comunes entre los niños asiáticos de los 70.

Como resultado, trabajaba duro, obtenía las mejores calificaciones, tocaba varios instrumentos musicales y veía solo una hora de televisión a la semana.

El plan de su familia era que siguiera una carrera respetable en una oficina, pero el estricto régimen de su juventud lo dejó queriendo vivir con más libertad. Así que decidió que el dinero era la manera de conseguirla.

Luego de graduarse en Harvard en 1995, Hsieh cofundó una empresa de software llamada LinkExchange.

En menos de dos años, la vendió a Microsoft por US$265 millones. A los 24 años, Hsieh había alcanzado su sueño de la infancia.

Pero no había vendido la empresa solo por el dinero.

“Lo que mucha gente no sabe es la verdadera razón por la que vendimos la empresa. La verdadera razón era simplemente que ya no era un lugar divertido para trabajar”, dijo Hsieh años después.

Cuando LinkExchange nació, la administraban Hsieh y sus amigos de veintitantos años, que dedicaban sus vidas a la empresa.

“Trabajábamos todo el día, dormíamos debajo del escritorio, no sabíamos qué hora era, tratábamos de acordarnos de bañarnos de vez en cuando”, contaba Hsieh.

A medida que la compañía creció, Hsieh se topó con un problema: ya no tenía más amigos para contratar. Así que publicó anuncios y empleó gente con la experiencia y habilidades adecuadas.

La empresa más feliz del mundo

Con esta idea engañosamente simple, Hsieh usó el dinero de LinkExchange para financiar su siguiente proyecto: Zappos, una tienda minorista de zapatos en internet.

Hsieh planeaba hacer con los zapatos lo que Amazon estaba haciendo con los libros. Zappos era una oportunidad para traer felicidad.

“Cuando recién llegué a Zappos, me preguntaba cómo era posible que alguien pudiera terminar sus tareas”, cuenta Alexis Gonzales-Black, quien trabajó tres años en la empresa.

“Me preguntaba qué estaba pasando. Era una explosión de brillantina, unicornios, había desfiles constantemente, gente lanzándote caramelos. Si no estabas bailando y cantando, había una especie de buffet para comer todo lo que pudieras”, describe.

Mientras estaba en LinkExchange, Hsieh odiaba levantarse cada día, pero ahora había creado la empresa más feliz del mundo.

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