Lo venimos escuchando desde hace un tiempo: los millennials son una generación diferente. No solo se sienten cómodos con el uso de tecnología, sino que son más optimistas sobre su futuro y más exigentes con la sociedad. Y esto se aplica también al ámbito laboral, algo que está obligando a las empresas a cambiar su enfoque de cómo retener talento.
"Yo no creo que sea tan diferente como antes, pero lo que pasa es hoy todo se sabe. Las redes sociales te lo muestran todo […] El dinero obviamente es importante, pero no es solo eso. Te piden una empresa que sea socialmente responsable, que te dé capacidad de crecimiento, movilidad regional e internacional, que te permita innovar y ser parte de un equipo innovador".
Héctor Gutiérrez, presidente de la Fundación Deloitte, resume así las expectativas de una generación que ya es una de las más empleables del mundo, especialmente cuando las empresas tienen que contratar personal en niveles básicos. Pero los millennials, según Gutiérrez, no solo piden, sino que también buscan participar.
No puedes darles un sitio y decirles "trabaja" –apuntó–, sino que quieren ser agentes de cambio. "Cada vez vemos más chicos que te preguntan, 'Yo quiero estar en Deloitte, pero me gustaría saber sobre la Fundación Deloitte'. Les interesa:'¿cómo hago para participar, cómo puedo aportar?' Es un tema que les engancha y los atrae a una organización. Te da mucho valor de marca", agregó.
Crear y no devolverGutiérrez ha observado que esta tendencia de la responsabilidad social (RSE) "desde adentro" de una empresa ha empezado a calar en el sector privado peruano, pero aún hay trabajo por hacer. De hecho, advirtió que en el concepto de RSE –para considerarla parte del core business– hay que desterrar la idea de "devolución" a la sociedad.
"Siempre tiene que ser la empresa la que genere el tono interno de responsabilidad social. Lo último que haces en RSE es 'devolver algo a la sociedad'. Tú no estás devolviendo, estás creando sociedad: eres una empresa que es parte de la creación de un modelo social sostenible en el tiempo", advirtió.
Además, pasar de verlo como un costo a una inversión toma su tiempo, indicó. "La RSE se limitaba a una línea de gastos, y eran aportes voluntarios a proyectos de beneficencia. Las empresas que entienden el concepto saben que es parte de su estrategia core. Ese proceso de mover esa línea de costo a inversión, no es tan rápido. Requiere que la gerencia y los accionistas den ese paso", finalizó.