Gonzalo Pajares no es chef, pero lleva un largo recorrido en el mundo gastronómico, primero como periodista y luego como gourmand. Junto a Zaid Arauco, su esposa y socia, se han convertido en viajeros incansables en busca de nuevos sabores y en asiduos comensales de restaurantes con estrellas Michelin. Usan estas experiencias culinarias para nutrir su carta. Así, han convertido este pequeño espacio en un templo de disfrute, con clásicos que han sido reinventados y potenciados en sabor, con precisión de alquimista. Lo que comenzó con combinados en bandeja de loza ha devenido en una carta que reúne creaciones de autor y platos imprescindibles del repertorio peruano, como el tiradito de pulpo con salsa de aceitunas, cebiches con frescura de puerto, un chicharrón de pato marinado y confitado por 48 horas o un lomo saltado que compite entre los mejores de la ciudad.