Economista
Cuando recién han transcurrido solo 12 días de Pedro Castillo en la presidencia, se confirma que no tienen claro el programa económico a seguir ,y en cuanto al equipo de gobierno la situación es de terror. En relación a lo primero, la falta de claridad al respecto se evidenció este fin de semana, ya que mientras el presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, declaraba que el Estado participará en “sectores estratégicos” (gas natural y proyectos hidroeléctricos), insistiendo que el Estado no va a estar al margen de la actividad empresarial (“Agenda Política” y Reuters), el ministro de Economía, Pedro Francke, opinaba lo contrario, ratificando que el Estado no creará más empresas ni intervendría en el mercado.
Qué lejos está la postura del Bellido del 30 de julio, cuando Francke todavía no había jurado como ministro, oportunidad en la que afirmó : “Pedro Francke tiene todo nuestro respaldo para la aplicación de la política económica de estabilidad expresada en el plan de bicentenario sin corrupción en el país. Trabajaremos en conjunto y unidad por la patria”, señaló en aquella oportunidad.
¿Bellido cree que sus declaraciones representan trabajar en conjunto y unidad con Francke?, ¿cree que genera estabilidad discrepando públicamente con él? A mediano plazo se visualiza un claro curso de colisión con el verdadero hombre fuerte del Gobierno, Vladimir Cerrón. Francke ha anunciado que retornará la regla fiscal para moderar el déficit fiscal.
Mientras tanto, Cerrón espera barrer en las elecciones regionales y locales, para lo cual planea que se aprueben todo tipo de iniciativas populistas a través de sus ministros y altos funcionarios del sector público que viene nombrando. Estos programas populistas y los resultados de las próximas elecciones estiman que les permitirían consolidar su gobierno y presionar debidamente al Congreso para, por fin, lograr su ansiada Asamblea Constituyente y una nueva Constitución para perennizar al comunismo en el Gobierno.
De otro lado, ya resulta evidente que uno de los principales problemas que el gobierno de Castillo enfrentará será la más elevada falta de gestión que gobierno alguno haya registrado. Cálculos privados indican que durante los últimos 20 años mientras la burocracia creció 10 veces , la recaudación tributaria creció solo cuatro veces. Pero el problema no solo es cuantitativo sino cualitativo. Y por lo visto en el gobierno de Perú Libre, este último problema se tornará crítico. Ya que resulta evidente que no solo no tienen personal calificado para ocupar los puestos del Gabinete Ministerial, sino a todo nivel del sector público. Como lo evidencian las contrataciones que solo duran 24 o 48 horas en el MTC. Y si la maquinaría del sector público se tornara aún más ineficiente el resultado sería peores servicios públicos y más insatisfacción de la ciudadanía.
Otro ejemplo de la ineficiencia de la burocracia estatal es que a pesar de la urgente necesidad de reactivar la economía nacional y generar empleo, los gobiernos regionales a fines de julio solo habían ejecutado en promedio 34% de lo presupuestado.
Es obvio que Perú Libre no tiene operadores para conducir el Gobierno en situaciones normales, y menos durante las crisis actuales. Pero aun considerando la situación anterior quieren introducir ¡¡cambios estructurales!! Y si por milagro lograran aprobarlos, no se ejecutarían debido a la clamorosa falta de operadores políticos y económicos. Asimismo, a pesar de no tener, ni remotamente, el personal para operar con un mínimo de eficiencia el Gobierno nacional, tienen la evidente ambición de controlar la mayor cantidad de gobiernos regionales y locales posibles. Si no les alcanza para lo que ya tienen, ¿se imaginan el desastre que sería la administración de las nuevas responsabilidades que pretenden asumir a nivel regional o local?