La inflación de productos básicos global, agravada por la guerra en Ucrania, amenaza con dejar en situación de inseguridad alimentaria a 14 millones de personas en Latinoamérica, casi un 50% más que la cifra actual, advirtió el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA).
Actualmente hay unos 9.7 millones de personas en esa situación de inseguridad alimentaria en los 13 países de la región en los que trabaja el PMA, que intenta paliar la escasez de alimentos con importaciones de productores regionales como México o Argentina, indicó la directora de la organización para la región Lola Castro.
Castro señaló en Ginebra que al aumento de los precios de los alimentos se añaden los mayores costes de transporte marítimo y aéreo, que en la región se han multiplicado por siete, por lo que entre las naciones particularmente afectadas están las insulares del Caribe.
Castro puso como ejemplo los problemas para importar alimentos en Cuba, República Dominicana o Haití, país este último donde la inflación de los alimentos ha alcanzado el 26%.
“La región había sufrido una crisis múltiple por el cambio climático y la pandemia que puso a 17.7 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria, a finales del 2021 la cifra había bajado a 8.3 millones pero con la crisis de Ucrania Latinoamérica vuelve a verse muy afectada”, analizó.
Castro explicó que aunque Rusia y Ucrania no exportan grandes cantidades de cereales y otros alimentos a la región, la subida generalizada de precios alimentarios en todo el mercado global ha afectado gravemente a muchos países de la zona que en algunos casos son importadores netos de estos bienes básicos.
Afirmó que “ya se están viendo las consecuencias” de la crisis alimentaria con un aumento de los flujos migratorios del sur al norte del continente, incluyendo rutas tan peligrosas como el paso del Darien que separa a Sudamérica de Panamá.
“Esa ruta fue atravesada por 5,000 personas en el 2020, pero en el 2021 la cifra aumentó a 151,000. Una ruta sin carreteras por la que la gente tiene que caminar diez días por la jungla, en la que mucha gente muere y que es una de las más peligrosas del mundo”, subrayó.
“A menos que hagamos algo vamos a ver un aumento de esta migración masiva, necesitamos responder inmediatamente y gobiernos y comunidades tienen que buscar soluciones”, destacó la responsable de PMA en América Latina.