El presidente Donald Trump, hombre obsesionado con la victoria, está sufriendo muchas derrotas últimamente. Su derrota ante el demócrata Joe Biden en los comicios se ha multiplicado una y otra vez en las cortes de todo el país en intentos inútiles para conservar el poder.
El presidente republicano y sus aliados siguen presentando demandas en las que reciclan las mismas denuncias infundadas. Encima de todo, el propio secretario de Justicia designado por Trump declaró que su investigación no había descubierto fraude generalizado alguno.
“Seguirá siendo una estrategia perdedora y en cierto sentido perjudicial para él. Consigue reperder la elección muchas veces”, dijo el profesor de Derecho Kent Greenfield, del Boston College. “La magnitud de su petulancia y su narcisismo nunca dejan de sorprenderme”.
Un recuento de The Associated Press revela que, de medio centenar de demandas presentadas por la campaña de Trump o sus aliados, los tribunales han rechazado o desestimado más de 30. Trump puede jactarse de una sola victoria: un caso contra una decisión de alterar un plazo para hallar pruebas ausentes de identificación de ciertas boletas enviadas por correo en Pensilvania.
Trump publicó el miércoles en Facebook un discurso de 46 minutos repleto de teorías conspirativas, errores y promesas de seguir en la lucha para subvertir la elección, al que siguió al día siguiente un nuevo revés legal.
En Wisconsin, la Corte Suprema estatal rechazó en fallo dividido una demanda de Trump que buscaba descalificar más de 221,000 votos en los dos condados demócratas más grandes del estado por presuntas irregularidades en los votos en ausencia. Esas denuncias ya habían sido rechazadas por funcionarios electorales tras un recuento que apenas alteró el margen ganador de Biden de 20,700 votos. Trump presentó una demanda similar en una corte federal el miércoles por la noche.
En Arizona, un juez escuchó los argumentos de la presidenta del Partido Republicano estatal Kelli Ward. Sus abogados dicen que en al inspeccionar 100 boletas hallaron dos problemas: un voto por Trump quedó registrado a favor de Biden y otro voto por Trump fue impugnado porque el votante había marcado en su boleta los nombres de dos candidatos, uno de ellos independiente.
Los jueces en los estados disputados han rechazado una tras otra las demandas presentadas por el presidente y sus aliados. El equipo legal de Trump ha dicho que apelará un caso de Pensilvania ante la Corte Suprema a pesar de que un juez federal lo rechazó en un fallo mordaz ratificado por una corte de apelaciones.
Los problemas mencionados por la campaña de Trump y sus aliados son los típicos de toda elección: problemas con firmas, sobres y matasellos en las boletas enviadas por correo, así como la posibilidad de adjudicar mal o perder unas pocas boletas.
Funcionarios electorales de los dos partidos han elogiado la conducción de los comicios y el secretario de Justicia, William Barr, dijo el martes que la investigación no encontró pruebas de fraude generalizado capaces de alterar el resultado.
Los abogados de Trump respondieron con críticas a Barr, hasta ahora uno de los aliados más firmes del presidente.
Según Greenfield, esa crítica es por demás elocuente, al demostrar “cuán enérgica es su capacidad de pasar por alto la realidad”.