La recesión de la economía estadounidense será menos brutal de lo previsto en el 2020, pero el repunte también será menos fuerte en los próximos años, consideró la Reserva Federal (Fed), que mantuvo sin cambios sus tasas durante la reunión de su comité monetario.
El banco central estadounidense estima que la contracción del Producto Bruto Interno (PBI) estadounidense será de 3.7% contra la caída de 6.5% estimada en junio. Pero el repunte será menos fuerte: 4% en el 2021 contra un 5% previsto anteriormente, y de 3% en el 2022 en lugar de 3.5%.
El desempleo, que alcanzó en febrero su mínimo histórico en 50 años (3.5%), subirá este año hasta el 7.6%, un dato bastante mejor de 9.3% estimado en junio, cuando la economía se recuperaba poco a poco de la parálisis provocada por la pandemia de COVID-19.
Las cifras de agosto fueron mejores de lo previsto con una tasa de desempleo que descendió hasta 8.4% frente al 14.7% de abril.
“La recuperación de la economía va a depender estrechamente de la evolución del virus”, declaró la Fed en un comunicado publicado tras su reunión este miércoles.
“La actual crisis sanitaria seguirá lastrando la actividad económica, el empleo y la inflación a corto plazo, y supone unos riesgos considerables para las perspectivas económicas a medio plazo”, añadió.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo después en rueda de prensa que “la actividad en general sigue muy por debajo de su nivel anterior a la pandemia y que el camino por delante es muy incierto”.
Última reunión antes de las elecciones
La Fed también revisó al alza la inflación para el 2020, situándola en 1.2% en lugar de 0.8%, y espera lograr su objetivo de 2% en el 2023.
El banco central acaba de cambiar su política ante la situación actual para ayudar al país a regresar al pleno empleo. Permitirá que la inflación supere temporalmente el objetivo de 2% anual sin aumentar sus tasas, a diferencia de lo que hacía hasta el momento.
La poderosa institución financiera mantuvo, como previsto, sus tasas de interés en el rango entre 0% y 0.25% que había fijado en marzo ante el avance de la pandemia.
Esta reunión del comité monetario era la última antes de las presidenciales del 3 de noviembre.
La primera economía del mundo está estancada tras el fuerte repunte que siguió al confinamiento de la primavera para frenar la propagación del coronavirus.
Símbolo de esa ralentización económica, las ventas minoristas aumentaron mucho menos de lo previsto en agosto.
“Las condiciones financieras generales han mejorado en los últimos meses, gracias en parte a las medidas políticas de apoyo a la economía”, señaló sin embargo la Fed.
Powell abundó en la importancia “esencial” de ese apoyo gubernamental. “Llevará un tiempo regresar a los niveles de actividad y empleo del inicio de este año, y puede que se necesite un apoyo continuo de políticas monetarias y fiscales para lograrlo”, dijo.
“Casi 11 millones de personas siguen sin empleo por culpa de la pandemia, y muchas de esas personas trabajaban en sectores con dificultades. Esas personas necesitan un apoyo adicional”, insistió el presidente de la Fed.
Pese a su importancia, la negociación sobre nuevas ayudas para las empresas y los hogares está estancada en el Congreso desde hace un mes y medio. Los republicanos se niegan a aprobar el conjunto de los fondos que piden los demócratas. El tono era, sin embargo, más positivo este miércoles.
“Estoy probablemente más optimista desde hace 72 horas sobre el potencial para un acuerdo de lo que fui en los últimos 72 días”, comentó el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, a CNBC.
“Los demócratas no tienen corazón. No quieren dar dinero a gente que lo necesita desesperadamente. Denles más, republicanos”, tuiteó incluso el presidente Donald Trump, animando así a su partido a cerrar un acuerdo.