Krista Michels recurre cada vez más a los servicios en línea que permiten a los compradores estadounidenses pagar todo, desde regalos de Navidad hasta facturas mensuales, sin cargos adicionales y conocidos como “compre ahora, pague después”.
“Ahora soy un poco adicta”, dijo esta joven madre que vive en el estado de Washington.
Primero recurrió a estas soluciones que se ofrecen en las tiendas físicas o en línea para reconstruir su calificación crediticia, que era demasiado baja para acceder a una tarjeta de crédito tradicional.
Empresas emergentes como Affirm, AfterPay, Klarna y Sezzle permiten a los consumidores pagar una compra en cuatro cuotas sin intereses, como una tarjeta de crédito típica, pero sin el papeleo y las cargas asociados.
Michels ahora las usa siempre que puede, en el supermercado o para pagar sus facturas de internet.
También han demostrado ser útiles para los consumidores que no tienen acceso al crédito tradicional, como los nuevos inmigrantes.
Pero los defensores de los consumidores dicen que los compradores corren los mismos riesgos que con las tarjetas de crédito y deben tener cuidado de no cargarse con una deuda excesiva y ser conscientes de los diferentes términos de los servicios.
“Nuestra preocupación es que las personas puedan quedar demasiado expuestas si no tienen cuidado”, dijo Chuck Bell, director de programas en Consumer Reports.
Prudencia
El concepto de pagar en cuotas no es nada nuevo en el comercio estadounidense, pero la pandemia de Covid-19 fue un impulso para estos nuevos servicios a medida que más clientes compraban en línea.
Desde cadenas de tiendas hasta pequeños sitios en línea, los minoristas han organizado asociaciones para ofrecer estos servicios de pago a los clientes y ayudarlos a comprar lo que normalmente no podrían, mientras que las instituciones financieras, desde Mastercard hasta Goldman Sachs, buscan ofrecer los suyos propios.
Según un estudio de la consultora McKinsey, estas soluciones de pago representaron el 6% de los préstamos no garantizados en Estados Unidos en 2016, el 9% en 2020 y se espera que aumenten al 13% en 2023.
“Es práctico, ahorra a los consumidores debido a los menores costos de intereses y es disruptivo”, dijo Kenneth Leon, especialista en la industria bancaria de CFRA.
Las grandes empresas están de acuerdo: Square compró AfterPay, de Australia, por US$ 29,000 millones este verano boreal y Affirm está valorado en 37,000 millones en Wall Street.
Los reguladores han tomado nota de su éxito, y la Oficina de Protección Financiera al Consumidor advirtió a los compradores que sean prudentes. Al tiempo que dijeron que las regulaciones actuales sobre estas empresas son suficientes.
Michels admite que el riesgo está ahí. Nunca ha dejado de pagar nada de lo que ha comprado, pero gasta más de lo habitual.
“Es casi como un juego. ¿Qué puedo hacer para aumentar mi límite?”, le dijo a la AFP.
Términos diferentes
La gran cantidad de ofertas con diferentes términos tiene a los defensores de los consumidores preocupados de que los compradores se retrasen en los pagos.
“Las reglas y prácticas de cada una de estas empresas pueden ser diferentes”, dijo Bell, de Consumer Reports, y señaló que muchos de los usuarios de estos servicios son jóvenes y de bajos ingresos.
Affirm no cobra cargos por pagos atrasados, pero sí cobra intereses en ciertas transacciones.
Afterpay cobra multas por pagos atrasados, pero nunca más del 25% de la compra original, mientras que Sezzle permite a sus clientes reprogramar un pago a pedido.
Algunas startups trabajan con firmas de calificación crediticia, pero otras no.
Todos dicen que no otorgarán nuevos préstamos a los clientes a menos que estén al día con sus pagos, pero nada impide que los consumidores vayan a otra parte en busca de crédito.
Otra preocupación es que obtener reembolsos es más complicado cuando se devuelve un artículo pagado con uno de estos servicios.
Lauren Saunders, directora asociada del National Consumer Law Center, dijo que estos productos no son fundamentalmente diferentes del crédito tradicional.
“Incluso con el atuendo brillante del fintech, los nuevos productos de crédito necesitan protecciones básicas para el consumidor a fin de garantizar que el crédito sea asequible, responsable, transparente y justo”, dijo en una audiencia del Congreso a principios de este mes.