Hay indicios de que el gobierno estadounidense está aumentando su vigilancia de las criptomonedas. (Foto: iStock)
Hay indicios de que el gobierno estadounidense está aumentando su vigilancia de las criptomonedas. (Foto: iStock)

Erin Houchin se preparó para lo peor cuando un misterioso grupo empezó a comprar espacio publicitario en la televisión el mes pasado en su competitivo distrito legislativo del sur de Indiana.

Houchin dio por sentado que le llegaría una andanada de publicidad negativa, como cuando se postuló por primera vez para esa banca en el 2016. Sin embargo, sucedió lo contrario.

El American Dream Federal Action, un “super PAC” (comité de acción política, que recauda fondos para campañas) financiado por un alto ejecutivo de una firma de criptomoneda, saturó su distrito con avisos que presentaban a Houchin como una conservadora “tan dura como Trump”, que “contendrá a los socialistas en Washington”. Ese apoyo la ayudó a ganar la primaria republicana la semana pasada.

“Lo único que puedes hacer es contener la respiración”, dijo el asesor político de Houchin, Cam Savage, aludiendo al día en que se enteró de que alguien compraba todo ese espacio publicitario. “Te pueden ayudar a ti, pero también te pueden hundir”.

El impacto de ese apoyo no solicitado refleja el surgimiento de los magnates de las criptomonedas como una nueva fuerza política en Estados Unidos. Gastan millones de dólares en las primarias para tratar de ganar influencia entre los miembros del Congreso y otros funcionarios a cargo de las regulaciones. Este año, por primera vez, ejecutivos del sector llevan gastados casi US$ 20 millones hasta ahora, según registros y entrevistas.

Es una campaña delicada, muy pensada, de empresas que generan ganancias en parte evitando la atención del gobierno.

Las firmas de criptomonedas, y otras que podrían salir perdiendo si ese sector es plenamente aceptado y regulado, han invertido más de US$ 100 millones en la política desde el 2018, según los archivos.

El gobierno de Joe Biden y el Congreso consideran en estos momentos nuevas regulaciones y el financiamiento de organismos que supervisarán las criptodivisas.

“¿Qué quieren? Que el sector no sea regulado. O participar en la elaboración de las normas”, expresó el senador Sherrod Brown, que no ve con buenos ojos las criptomonedas.

Las criptodivisas son un bien digital que puede ser negociado a través de la internet sin pasar por el sistema bancario mundial. Se venden como una herramienta que permite a personas de escasos medios generar ganancias invirtiendo en empresas nuevas que teóricamente van a ser muy exitosas.

Abunda la especulación y la falta de transparencia, lo que aumenta significativamente los riesgos.

Jan Santiago, subdirector de Global Anti-Scam, una agrupación que ayuda a las víctimas de fraudes con criptomonedas, dijo que el sector se muestra renuente a combatir las actividades ilegales.

“Mientras no los afecte a ellos directamente o su reputación, no tienen ningún incentivo financiero” para hacerlo, dijo Santiago.

Hay indicios de que las monedas “cripto” están ganando una aceptación generalizada. Fidelity Investments, una de las firmas de fondos de jubilación más grandes de Estados Unidos, anunció este mes que permitirá a los inversionistas incorporar bitcoins a sus cuentas de 401(k) (ahorros que difieren el pago de impuestos).

Hay indicios de que el gobierno está aumentando su vigilancia de las criptomonedas.

La Securities and Exchange Commission (Comisión de Bolsa y Valores) dio a conocer la semana pasada un plan que casi duplicaría el personal abocado a la supervisión de las criptodivisas. Pocos días después, el Departamento de Justicia encausó al CEO de una plataforma de criptomonedas acusada de participar en un “fraude de US$ 62 millones”.

Miembros del Congreso y del gobierno han expresado temores de que los oligarcas rusos estén usando criptodivisas para evadir las sanciones de Estados Unidos relacionadas con la invasión rusa de Ucrania.

El menos un legislador, no obstante, promueve las bondades de las criptodivisas.

El representante Madison Cawthorn, un republicano conservador, habla bellezas de una nueva criptomoneda en un video publicado en las redes sociales. Dice en el video que “esto es fenomenal” y exhorta a la gente a que “se suba al tren”. Luego de un arranque alentador, el valor de esa moneda se vino abajo y ahora no vale nada.

Los partidarios de la criptomoneda en el Congreso admiten que hay problemas, pero sostienen que el sector, con inversiones del orden de los US$ 2 billones, ha madurado.

“Confío en que los bitcoins protegen al consumidor”, declaró la senadora republicana Cynthia Lummis, quien dice haber invertido en ese sector. “Estos seguro que (la criptodivisa) Bitcoin protege al consumidor”, expresó. “Pero no creo que todas las criptomonedas protejan al consumidor. De hecho, apostaría a que la mayoría son fraudulentas”.

Muchos promotores de la criptomoneda se oponen vehementemente a todo tipo de regulación. Los cabilderos, sin embargo, dicen que lo que hay que hacer ahora es convencer a los escépticos de que no hay que fijar regulaciones demasiado rígidas.

Perianne Boring, fundadora de la Cámara de Comercio Digital, sostiene que hay que elaborar patrones de contabilidad que permitan a las empresas de criptodivisas cotizarse en la bolsa.

“Dado que no hay regulaciones, muchas empresas no quieren saber nada con las criptomonedas”, dijo Boring, cuya organización gastó US$ 1.9 millones en gestiones ante el gobierno.

“De repente, los promotores de las criptomonedas van de buena gana a los actos de recaudación de fondos” para campañas políticas, declaró Kristin Smith, directora ejecutiva de la Blockchain Association, que invirtió US$ 4.2 millones en actividades de cabildeo desde el 2018. “El gobierno podría complicarlo todo si no intervenimos de una forma constructiva”, agregó.

El nivel de gastos en la campaña electoral es tal que plantea interrogantes acerca de sus motivaciones.

“Le dice a los (candidatos) demócratas que, si hay una primaria, ellos pueden venir e invertir US$ 2 millones”, señaló el representante demócrata Brad Sherman, presidente de la subcomisión de Protección del Inversionista, el Empresariado y los Mercados de Capitales. “Está bien claro lo que te quieren decir”.